"Es lo más grande que le ha pasado al Navia desde que se creó en 1914". Gabriel García sentencia mientras barre con la mirada el enorme revuelo que se genera con la llegada del Sporting al campo de El Pardo, que presenta un lleno histórico con cerca de un millar de aficionados rendidos a la presencia del equipo del que toma los colores el club. El Sporting busca con esta iniciativa promovida por Unipes hacer afición en toda la región, pero en Navia se trata más bien, como en el caso de las vacunas, de un recuerdo: "El Navia viste de rojiblanco porque la gente del pueblo era del Sporting".

Ni la lluvia, ni el viento, que azota inclemente, ni el frío, frenan el entusiasmo de los chiquillos que gritan entusiasmados al ver de cerca a sus ídolos. El Sporting cumple el protocolo completo: saludan al llegar, saltan al césped de la mano de veinte niños (alevines y benjamines del SD Navia 1914), pelotean un rato con ellos antes del entrenamiento y después firman autógrafos y posan con los más pequeños en un photocall preparado al efecto.

Salvo por el tiempo, el día sale redondo, gracias a la colaboración y amabilidad de los directivos y el personal del Navia, al esfuerzo de Unipes y de la Peña Sportinguista Puerto de Vega y al Ayuntamiento de la Villa, que portó un generador y unos fotos adicionales para que todo se viera más claro. "Los críos están encantados, nos parece una gran iniciativa que intentaremos que tenga continuidad", señala Víctor Sánchez, presidente de Unipes.

Fue un día especial para el segundo de Abelardo, Iñaki Tejada, que fue jugador del Navia, con Rogelio García, hoy miembro de la secretaría técnica del Sporting, como entrenador. Eran otros tiempos. Hoy el Navia lidera su grupo de Segunda Regional y lucha por revivir los viejos laureles. Ayer, al menos por un día, El Pardo fue un campo de Primera.