Con cinco defensas se ataca mejor. El Sporting de Abelardo lo demostró ayer en el partido más complicado para dejarse ver por el área rival. Abelardo le había pedido a su equipo que diese la cara y que defendiese con orgullo la camiseta rojiblanca. El sportinguismo terminó ayer orgulloso de un equipo que, lógicamente, cometió fallos pero tuvo ambición, coraje, y buscó un resultado mejor. No es tampoco demasiado pedir.

El Sporting de los cinco defensas remató nueve veces en el Bernabeu, tres de ellas entre palos, lanzó seis saques de esquina y discutió la posesión a todo un Real Madrid. Mejores números que en ningún otro partido. También progesó en sus prestaciones defensivas, a pesar de la evidente dificultad por la impresionante calidad de su rival.

Abelardo dedicó la semana a mejorar la autoestima de sus futbolistas y apenas ensayó el nuevo dibujo táctico en el último entrenamiento de la semana. Los jugadores se encontraron cómodos, se sintieron protegidos y, a partir de esa seguridad, creció el equipo. Bien es cierto que el Real Madrid aflojó tras el segundo gol.

El nuevo sistema beneficia a varios rojiblancos. Los casos más evidentes son los de Douglas e Isma López, laterales de vocación ofensiva que ayer disfrutaron liberados de cierta responsabilidad en la contención. Si alguna vez les cogieron la espalda, dio tiempo a que uno de los centrales acudiera al rescate. También Jorge Meré, que completó un partido imperial, pareció cómodo. El guaje se vino arriba y hasta le ganó una carrera a Benzema.

La mayor cobertura alivió también a los pivotes, que no dejaron tanto espacio a su espalda y pudieron compensar la habitual inferioridad en el centro del campo. Carmona y Moi Gómez, que ocuparon las bandas en la línea de medios, son dos futbolistas que se encuentran cómodos en posiciones interiores y pudieron dejar libre la banda para los carrileros. El balear llegó con frecuencia a posiciones de remate.

Para superpoblar la defensa sacrificó Abelardo uno de los dos delanteros que venía utilizando. Lejos de resentirse el ataque, el Sporting llegó más y mejor. Carmona fue el encargado de apoyar a Cop en la presión alta, que fue respaldada por todo el equipo (con los centrales llegando incluso a la línea divisoria). Esto permitió al Sporting recuperar balones en zonas ofensivas. Por esta vía llegaron el gol de Carmona y la jugada del penalti.

Como todo se puede mejorar, Abelardo tendrá que dar algunos retoques. Será interesante ver a un Nacho Cases liberado y con las espaldas bien cubiertas. El nuevo sistema parece que tendrá continuidad. Lo importante es que surta el mismo efecto.