La felicidad de Douglas se vive en familia. La imagen de su hijo y su mujer celebrando su tanto en El Molinón se convirtió en el mejor premio para el futbolista, que acabó de ganarse el respeto de la afición del Sporting tras el gran encuentro que protagonizó ante Osasuna. "Me he visto bien físicamente y bien en el campo. Estoy feliz por ver al equipo ganar y disfrutar en cada jugada. También por haber marcado. El gol es algo muy bueno para todo futbolista", subraya el brasileño, que además desvela el singular estímulo con el que contaba para anotar su primer tanto desde que llegó a España. "Mi hijo siempre me dice: 'Papá, vas a hacer un gol, ¿no?' Sabía que iba a jugar hoy (por ayer) y le dije: papá va a a hacer un gol para ti. Salí de casa con esa idea en la cabeza", explica Douglas, orgulloso por haber podido corresponder al deseo del pequeño.

"Ya acabé contento con el partido en el Bernabéu, a pesar de que no pudimos conseguir un buen resultado. En esos partidos tan competitivos te sirven para saber cómo estás", explica Douglas, que siempre confió en despachar encuentros al nivel de lo visto ante Osasuna. El jugador sonríe cuando se le recuerdan algunos de los regates que protagonizó frente a los rojillos, y reconoce que se siente cada vez más cómodo. "Necesitaba la confianza de jugar noventa minutos durante varios partidos para poder crecer junto al equipo. Necesitaba saber que podía hacerlo lo mejor posible para el equipo. Me siento cada vez más a gusto", asegura.

Los últimos días no han sido fáciles para Douglas, que conocía a dos de los miembros del Chapecoense que perdieron la vida en el accidente aéreo registrado en Colombia. "El entrenador fue mi segundo técnico en mi carrera como profesional y también conocía al jugador Caramelo. Ojalá Dios los tenga en su gloria", concluye el brasileño.