El Sporting ha abierto el 2017 con los mismos deberes que quedaron sin hacer durante el año anterior. Los rojiblancos siguen sin puntuar, sin dar razones para creer en que el equipo cuenta con argumentos suficientes para escapar de la zona del descenso y sin novedades acerca de los refuerzos para una plantilla que los técnicos y la afición esperan como acicate para salir de la crisis. El club mantiene su respaldo a Abelardo encontrar la fórmula que haga reaccionar al equipo, aunque el consejo de administración admite que la preocupación va en aumento ante la alarmante racha de resultados. El domingo llegará el Eibar a El Molinón en lo que puede convertirse en una prueba añadida para medir la paciencia de la afición, clave en el ascenso y la permanencia, con la trayectoria del equipo.

Cinco puntos de los últimos cuarenta y dos posibles ejercen como el mejor resumen de la preocupante marcha de un Sporting sin reacción. La visita al Estadio Gran Canaria, más allá de las numerosas bajas a las que tuvo que hacer frente Abelardo, volvió a mostrar la imagen de un equipo temeroso, al que la Unión Deportiva pudo tumbar en el primer cuarto de hora, y que sobrevivió gracias a la actuación de su portero, Cuéllar. Los rojiblancos sólo se estiraron cuando vieron el partido perdido, y estuvo a punto de servirles. Ni contando con la relajación del rival alcanzó para lograr un punto que, al menos, sirviera para ganar algo de confianza.

La nota más alarmante es que, tras el parón navideño, el Sporting continúa sin mostrar razones que indiquen que el equipo puede sacar adelante un desplome que no le ha llevado a la cola de la clasificación porque Granada y Osasuna están en una situación similar o peor. El cambio de entrenador, en ambos casos, no ha contribuido a que llegaran los resultados. Un detalle que el consejo de administración valora como la mejor respuesta a los críticos con la gestión de Abelardo, al que mantendrán en el cargo a no ser que el técnico manifieste que no se ve con fuerzas para seguir adelante.

La imagen ofrecida en el Estadio Gran Canaria y el hecho de que a 9 de enero sigan sin existir certezas sobre la llegada de refuerzos alimentan el pesimismo en torno al equipo. El club trabaja en la incorporación de Tioté para reforzar el centro del campo, el objetivo primordial durante el mercado de invierno, y cuya operación condicionará si existe margen económico para intentar conseguir un extremo izquierdo.

El vestuario mira ahora hacia el partido ante el Eibar, y muestra su confianza en que será el partido en el que se volverá al camino de la victoria. Un mensaje que empieza a agotarse por los muchos intentos previos que han terminado sin lograrse. El juicio de El Molinón también puede marcar el desarrollo del partido, el único que se disputará en enero en casa, y el penúltimo de la primera vuelta, que se cerrará la semana siguiente, visitando el Benito Villamarín. La reacción del público tras la derrota ante el Villarreal ya dejó mella en Abelardo, que confesó entonces que no estaba dando con la tecla y debía hablar con el presidente.