Un ascenso y una permanencia, ambos con mucho esfuerzo y sufrimiento, son el mayor bagaje de los casi tres años de Abelardo como entrenador del Sporting, repartidos en cuatro temporadas distintas, y con 110 partidos oficiales (56 en Primera, 47 en Segunda, 5 de Copa del Rey y 2 de eliminatoria de ascenso a Primera) dirigidos al frente del primer equipo rojiblanco. La trayectoria del Pitu en el banquillo rojiblanco fue de más a menos. De rozar el ascenso en la temporada 2013-2014, a conseguirlo solo un año después, se pasó a una temporada dura en Primera que acabó con la permanencia en la última jornada, y una mala racha con sólo un triunfo en quince jornadas en el presente año, que ha provocado la salida del Pitu.

Aun así Abelardo se va del Sporting convertido en el noveno entrenador de la historia del club en cuanto a número de partidos, con 110, por detrás de Novoa (282), Preciado (232), Vicente Miera (215), Jesús Barrio (142), Ciriaco Cano (136), Carriega (127), Molinuevo (126) y Amadeo Sánchez (118), y tras superar esta campaña a Boskov (102).

Su bagaje en el Sporting se resume en 37 victorias, 34 empates y 39 derrotas. Unas cifras finales que no hacen justicia al trabajo realizado por el Pitu, que antes de empezar esta temporada tenía un saldo de 34 victorias, 31 empates y 25 derrotas.

Debut en mayo de 2014. El 10 de mayo de 2014 Abelardo debutó con victoria en El Molinón tras haber sido destituido José Ramón Sandoval. Lo hizo con un 2-1 ante el Hércules, el día en el que hizo debutar a Jony con el primer equipo, recuperando la ilusión y los puestos de promoción para un equipo que había perdido el rumbo con el técnico de Humanes. Abelardo acabó la temporada invicto, con tres victorias, dos empates, y el equipo en cuarta posición. Pero llegó la eliminatoria ante Las Palmas y la fortuna esquivó a los rojiblancos con dos partidos desafortunados, y las dos primeras derrotas del Pitu. Tocaba volver intentarlo. Pero esta vez desde el inicio.

Un ascenso en el último suspiro. Fue sin duda la mejor temporada de Abelardo en Gijón, la 2014-2015. La sanción de la Liga por no cumplir los plazos de pago a Hacienda del Sporting provocaron que no se pudiese fichar. Abelardo tiró de la gente de la casa. Nació así el Sporting de los Guajes y una temporada para recordar. Sólo se perdieron dos partidos en Liga en todo el año, más el de Copa ante el Valladolid. Con Abelardo se estuvo de principio a fin de temporada en los puestos altos, alternando promoción con ascenso directo. El Pitu insistía semana tras semana en que el objetivo era la permanencia, para resaltar el mérito de una plantilla que ilusionaba a la afición. Hasta la última jornada de la primera vuelta no llegó la primera derrota, que tuvo lugar ante el Betis en El Molinón.

Ese año se consiguieron 82 puntos, se ganaron 21 partidos y sólo se encajaron 27 goles. La solidez defensiva, la unión del grupo, el trabajo físico, y la verticalidad en ataque del equipo hicieron que llegase al tramo final con opciones. De la mano del Pitu se ganaron seis de los últimos siete partidos, en dos fases de tres victorias consecutivas, primero ante Mallorca (1-0), Lugo (1-2) y Racing (3-1), y, después de empatar sin goles en Alcorcón, ante Tenerife (2-0), Sabadell (2-0) y Betis (0-3).

La última jornada el Sporting no dependía de sí mismo y, con la victoria momentánea del Girona al Lugo, todo parecía indicar que el Sporting tendría que conformarse con la promoción. Pero un gol de Pablo Caballero en el descuento para los gallegos puso al Sporting en Primera con el partido ya acabado en el Villamarín. Se desató la locura y la celebración posterior en Gijón del ascenso fue desbordante. No sólo se conseguía un ascenso deportivo, sino también la supervivencia del club, con una inyección económica más que considerable, necesaria para aplacar las deudas que amenazaban con la ruina de un club más que centenario.

Una permanencia sin poder fichar otra vez. La alegría del ascenso duró poco, ya que el Sporting volvió a ser sancionado por unas denuncias de impagos a los jugadores. La Liga impedía un año más refuerzos, e imponía una serie de limitaciones de gasto muy estrictas. Con ellas, llegaron únicamente Halilovic, Mascarell y Sanabria. Seguía el "Sporting de los guajes". El año se hizo duro. Tras un inicio aceptable, el Sporting se fue poco a poco desinflando, y se llegó al inicio de la segunda vuelta con una racha complicada de siete partidos sin ganar. Pero el Sporting se hizo fuerte en el tramo final y ganó cuatro de los últimos cinco partidos en El Molinón.

La penúltima jornada se jugó en Getafe, en un duelo directo por la permanencia, que acabó en tablas, y que dejaba a los madrileños dependiendo de sí mismos para mantenerse. Se necesitaba que el Betis al menos puntuase ante el Getafe, y que el Sporting hiciera sus deberes ante el Villarreal en casa. Y así sucedió. Se lograba por segundo año seguido el objetivo en la última jornada. Y la locura se volvía a desatar.

Sin embargo fue un año duro, y de mucho desgaste para Abelardo, tras dos temporadas siendo la cara visible del club y haciendo frente a muchas adversidades. Los resultados fueron desgastando poco a poco su imagen, y los primeros aficionados empezaron a alejarse de "la fe en el abelardismo". Además se puso fin al ciclo de las dos últimas temporadas al irse la mitad de la plantilla que había jugado en ese periodo.

El Sporting de los trece fichajes. Abelardo firmó su ampliación a cuatro años más de contrato en verano. Lo hacía como muestra de apoyo para un proyecto de futuro. El Sporting por fin podía fichar. Pero no acertó. Llegaron trece nuevos futbolistas, se fueron Luis Hernández, Bernardo y Jony libres al no ser capaces de renovarlos. Y se dio la carta de libertad a Guerrero, Álex Barrera y Álex Menéndez. Mientras que Pablo Pérez salió cedido al Alcorcón.

El inicio fue prometedor, con siete puntos de nueve posibles, con una imagen esperanzadora y una buena presentación de los nuevos fichajes. Pero fue un espejismo, y el equipo entró en barrena con apenas cinco puntos sobre 45 en juego. Las críticas hacia Abelardo empezaron a aflorar, se cuestionó su continuidad en la grada. Y los resultados seguían sin llegar. El Pitu se sintió desbordado. "No doy con la tecla", llegó a reconocer. Hubo cambios de sistema, de alineación y numerosas pruebas. Pero sin resultado.

Hasta la última derrota, el pasado domingo ante el Éibar, en el último partido del Pitu como técnico rojiblanco, tras 988 días, desde que asumió el cargo el 4 de mayo de 2014. Para el recuerdo queda que fue quien comandó a un breve pero intenso "Sporting de los guajes".