La salida de Abelardo puede no ser el último movimiento del Sporting esta temporada. La confianza del consejo de administración en su director deportivo, Nico Rodríguez, ha caído a mínimos desde que Javier Fernández apostase por él como máximo responsable de la parcela deportiva. En un club eminentemente profesionalizado, como el Sporting que sueña el máximo accionista, los ejecutivos toman decisiones y responden por ellas. La planificación deportiva realizada el pasado verano ha dado un resultado muy deficiente y eso ha acrecentado las dudas sobre la labor del director deportivo. El resumen es que Nico Rodríguez se somete a un examen final en este mes de enero. Su suerte a final de temporada dependerá del acierto en la contratación de Rubi, una apuesta personal suya, y en las contrataciones de futbolistas.

Fernando Losada, portavoz del consejo de administración, ya dejó claro tras la derrota ante el Eibar que la situación del director deportivo se valorará a final de curso. El máximo accionista del club Javier Fernández ya le ha transmitido a Nico Rodríguez la necesidad de que tome mejores decisiones en este mercado de invierno que en el pasado de verano en el que realizó trece fichajes que no se han traducido en una mejoría de la plantilla.

La primera consecuencia de esta mala planificación fue la salida fue la salida del equipo del Pitu Abelardo, que viene a poner fin a la mala relación entre el entrenador y el director deportivo. Un distanciamiento que fue evidente siempre a pesar de los esfuerzos del club por disimularlo. La marcha del Pitu ha permitido a Nico Rodríguez escoger su primer entrenador en el Sporting. Rubi es una vieja aspiración del director deportivo, que ya quiso fichar al catalán en una etapa anterior de su carrera.

Rubi ha firmado un contrato hasta final de temporada, con opción a una más en caso de lograr la permanencia. Todo apunta a que la suerte del director deportivo irá vinculada a la del entrenador que él mismo ha escogido. Otro aspecto delicado es el de los posibles movimientos en la plantilla deportiva. El pasado miércoles, tras su presentación como técnico del Sporting y mientras se celebraba la junta de accionistas, Nico Rodríguez y Rubi estuvieron reunidos hasta pasadas las once de la noche analizando la plantilla, el estado de los futbolistas y sus posibles carencias.

Rubi fue informado del acuerdo que tiene el club con el centrocampista de Costa de Marfil Cheik Tioté, que ese mismo miércoles jugó el que puede ser su último partido con el Newcastle. La llegada del entrenador no afecta a este movimiento, en el que Nico Rodríguez tiene una confianza plena. El club sigue a la espera de que Tioté, que está pendiente de un último trámite, llegue a Gijón esta misma semana, aunque no jugará ante el Betis.

Salvo cambio en el criterio, la llegada de Tioté provocaría la cesión de Rachid al Tenerife. Quizá pueda producirse algún movimiento más en la plantilla. La demanda de Abelardo incluía un extremo izquierdo profundo, pero Nico Rodríguez tendrá que atender ahora las prioridades del nuevo entrenador.

En los últimos días, como sucede siempre en periodos de apertura de mercado, han aparecido muchos nombres vinculados al Sporting. Uno es el del delantero de Las Palmas Araujo, quien habría sido ofrecido personalmente a Nico Rodríguez por su entorno más cercano, sin que nunca haya sido la intención del director rojiblanco la de reforzar esa demarcación y menos la de hacerlo con este futbolista, a pesar de alguna información aparecida desde Canarias.

Otro jugador que se está vinculando al Sporting es Samu Sainz, mediapunta del Huesca formado en la fábrica del Real Madrid. Sainz tiene contrato hasta 2018 por lo que su llegada al Sporting parece complicada a día de hoy.

Nico Rodríguez ha consumido ya dos tercios del mes de enero sin que haya conseguido realizar ningún movimiento en la plantilla. La presión aumenta y el máximo responsable de la parcela deportiva agota su crédito. Nico Rodríguez se juega su futuro en los once días que quedan para el cierre de mercado. La llegada de Rubi tiene que tener un efecto en la plantilla, pero el consejo espera también algún movimiento significativo de su director deportivo. Es el momento del examen final de Nico. Es, en realidad, un examen de recuperación.