Un factor determinante en el fútbol es la toma de decisiones. Los entrenadores valoran mucho a los futbolistas con capacidad de decidirse siempre por la mejor opción, son jugadores que se sacan un partido mayor del que indican sus cualidades. También es crucial, más aún para los entrenadores. Rubi, que clavó el planteamiento para comprometer al Athletic, estuvo poco afortunado en algunas de sus decisiones durante el fin de semana y el equipo lo acusó. Otra decisión importante es la que está a punto de tomar Lacina Traoré, delantero africano pretendido por Nico Rodríguez, y que parece acercarse al Besiktas después de que los turcos le mejorasen la oferta. También Rachid tiene estos días que tomar una decisión que puede ser crucial para su futuro.

No hay mayor responsabilidad que la de tomar decisiones. Los entrenadores lo saben mejor que nadie. Rubi no tuvo un fin de semana acertado. Primero prescindió de Juan Rodríguez en una convocatoria sin ningún central de recambio. La lesión de Babin cuando mejor estaba el Sporting, puso de manifiesto la falta de previsión del técnico. Luego Rubi tomó otra decisión controvertida al sustituir al francés. Se esperaba la entrada de Lora para que Lillo pasase al centro de la defensa, una demarcación que, sin ser la idónea, puede desempeñar el alicantino.

Rubi escogió retrasar a Xavi Torres, quizá buscando mejor salida de balón. El alicantino pasó verdaderos apuros en una posición que desconoce, en especial cuando arreció la tormenta.

Antes Rubi había sorprendido ya con la titularidad de Borja Viguera y con su ubicación en la posición de Nacho Cases. No brillo el riojano especialmente. Tampoco tuvo fortuna el técnico catalán con los cambios. Sergio y Moi Gómez se convirtieron en desafortunados protagonistas, aunque su rendimiento figura en el debe de los futbolistas y no en el del técnico. Rubi intentó tocar la tecla emocional y alineó a los tres leones que tenía disponibles en la vuelta a San Mamés. Se echó en falta un poco más de Mareo en la alineación. El capitán Canella fue el único canterano y el único asturiano en el equipo inicial. La suplencia de Sergio evidencia las preferencias del entrenador, que se negó a la salida de Xavi Torres.

Amorebieta contra Aduriz

El duelo entre Sporting y Athletic estuvo salpicado de pequeñas batallas. Y de alguna guerra declarada. Como el enfrentamiento que mantuvieron durante todo el choque Amorebieta y Aduriz. Hubo batalla aérea, pero también subterránea. La chispa saltó en el primer tiempo en un balón frontal en el que defensa se hizo fuerte y sacó el codo. Aduriz se lo recriminó y se enzarzaron. Las imágenes de televisión demostraron que lo pasado en el campo se trasladó al túnel de vestuarios, donde Aduriz se fue a por Amorebieta a pesar de la reja que los separaba y con Clos Gómez como espectador de lujo.

El punto álgido de la pelea llegó en una incorporación ofensiva de Amorebieta, que conducía el balón presionado por el delantero. Aduriz acabó por el suelo, con la nariz goteando sangre y viendo la tarjeta de la impotencia. Cuando marcó su penalti, el delantero hizo el gesto de los que hablan mucho con destino al central o quizá a un Cuéllar que intentó descentrarlo. Fue otra mala decisión.