El futbolista más alto de la historia de la Liga española juega en el Sporting y se llama Lacina Traoré (Abiyán, Costa de Marfil 20-8-1990). El fichaje "top" de Rubi, cedido por el Mónaco hasta junio, es también el padre de tres niños -su mujer vive entre París y Gijón- y el que echa una mano a su hermano Masse en la academia de fútbol en la que trabaja, situada la misma ciudad en la que nació. "Al fútbol le debo mucho en mi vida. Me ha hecho un privilegiado", asegura mientras recibe a LA NUEVA ESPAÑA en Mareo, con gesto tranquilo y tendiendo una mano tan poderosa como delicada cuando se estrecha.
-¿Se salvará el Sporting?
-Tengo plena confianza en que lo consigamos. El equipo tiene calidad para ello. Es un reto difícil, pero estoy plenamente convencido en que vamos a alcanzar la salvación.
-¿Cómo están siendo las primeras semanas en el club?
-Tengo la sensación de llevar mucho tiempo en el equipo. La forma en la que me han tratado los compañeros y la afición ha hecho que tenga la sensación de haber caído bien desde el primer momento. De hecho es el sitio en el que más rápido me he adaptado. El carácter del seguidor del Sporting, además, contagia, te motiva aún más.
-¿Sabe que, en el Leganés, algunos seguidores adaptaron el estribillo de la canción "Chica de ayer" de Nacha Pop para corear su nombre?
-¡No sabía! (se ríe). Ve, todas esas cosas ayudan.
-¿Qué reto personal se fija además del colectivo?
-No vengo con retos personales, vengo a ayudar y aportar mi experiencia para lograr los objetivos.
-Un delantero siempre tiene en mente el gol ¿se atreve a fijar una cifra?
-El gol es importante, porque siempre se miran ese tipo de cifras en un delantero, pero sin el equipo no eres nada. He venido aquí sumar en lo colectivo y seguir en Primera División, lo demás es secundario.
-¿Ser el futbolista más alto de la historia de Liga es una ventaja o un inconveniente?
-Es un complemento para mi juego, no es algo que mi condicione en ningún momento.
-Rubi, su entrenador, comentaba en una entrevista a LA NUEVA ESPAÑA que quería que el equipo le diera más balones al pie.
-Mi punto fuerte no es rematar de cabeza. Seré el más alto de la Liga, pero el balón me gusta al pie. Es como mejor se aprovecha mi fútbol.
-¿Cómo es Abiyán, su localidad natal?
-Crecí allí hasta los 16 años, el tiempo que estuve en un centro de formación, una academia de fútbol. En África es difícil poder destacar y fue una etapa bonita, porque en el centro me tenían mucho cariño, pero también muy dura. Tuve la suerte de tener la oportunidad de venir a jugar a Europa
-¿Cómo se gestiona esa llamada del Cluj rumano?
-En la academia tenían cuatro agentes que fueron los que llamaron al Cluj para que vinieran a verme. Vino el presidente y me fichó para el centro de formación que tenían en Rumanía. No podía firmar contrato hasta cumplir la mayoría de edad y los dos años que me faltaban fueron claves para adaptarme y formarme para lo que vendría después.
-¿Por qué jugar al fútbol?
-Por tradición familiar. Mi padre jugaba, aunque a nivel regional, y mi hermano mayor, Masse, fue el que llegó más alto. Estuvo en el filial de la Juventus de Turin, pero por problemas de lesiones no pudo llegar al primer equipo. Crecí rodeado de un ambiente de fútbol. Es un deporte al que le debo mucho. He tenido suerte, porque no todo es cuestión de ser bueno o tener calidad, también hay que tener fortuna para ser profesional.
