Llegaba el Celta de Vigo a Gijón, habiendo dejado el Toto Berizzo en tierras gallegas nada menos que a cinco jugadores que habían sido titulares en su partido jugado entre semana en tierras ucranianas. Formó así de partida con un equipo muy alejado del que podríamos denominar su once de gala. Por su parte Rubi, optó por dar continuidad a los jugadores que tan buena imagen habían ofrecido frente al Atlético, con la salvedad del regreso de Carmona, sancionado frente a los madrileños, en detrimento de Lillo, retrasando Douglas su posición para ocupar el puesto en el lateral derecho. El resto, los mismos hombres.

Nada más comenzar el encuentro, se vio que el conjunto rojiblanco salía con la lección bien aprendida del día del Alavés, donde se dejó escapar una oportunidad de oro frente a un equipo, también como el Celta, plagado de suplentes. Así, desde el primer minuto, el asedio a la portería defendida por Rubén (que reaparecía tras su lesión) fue constante, generándose tal cantidad de ocasiones como hacía muchísimo tiempo no se veía en un primer tiempo disputado en El Molinón. Normal que en la rueda de prensa posterior al partido, Berizzo afirmara que el Sporting había merecido irse al descanso con un resultado claramente a favor. Pero es que a este Sporting, le cuesta Dios y ayuda marcar goles. Y parafraseando el título de aquel culebrón que tuviera tanto éxito hace unos años, en esto del fútbol, sin goles no hay paraíso. O lo que es lo mismo: sin goles no hay Primera. Peor aún: sin goles nos espera regresar al infierno, que es la Segunda División.

Aun así, nada más comenzar la segunda parte, tras una nueva internada de Burgui por la banda izquierda (el mejor de largo sobre el césped), el balón acabó en los pies de Carmona (otro de los más destacados), quien prácticamente de la nada se fabricó el solo un penalti, que al menos en directo, pareció claro. Había dudas sin Cop sobre el campo de quién sería el encargado de lanzarlo. Moi (también los mejores frente al Celta) las disipó todas al coger el balón, para transformar el lanzamiento con frialdad por el centro de la portería, esperando como los buenos especialistas en penas máximas, a que el portero se venciera lanzándose a un lado. Uno a cero y todo de cara para asegurar tres puntos que en ese momento parecían mucho más cerca.

El Celta tras recibir el gol, hizo ademán de querer reaccionar, pero sin apenas crear peligro en la portería defendida por Cuéllar. Al contrario, las ocasiones más claras siguieron corriendo a cargo de un Sporting que quería cerrar el partido, consciente de que de no hacerlo, podría acabar pagándolo, como así fue a la postre.

Un gol bien anulado a los rojiblancos por falta previa de Amorebieta en la disputa del balón, precedió al cambio que valga la redundancia, lo cambió todo: el que en el minuto 59 realizó Berizzo para dar entrada a Iago Aspas. Porque fue entrar él y comenzar el Celta a ´carburar´. La afición sportinguista, que vio rápidamente que su equipo lo necesitaba más que nunca, se volcó más si cabe, animando con fuerza, lo que dio nuevos bríos a los jugadores rojiblancos, que tuvieron en el minuto 65 la ocasión más clara con un remate de cabeza de Traoré al palo. A ver si va a resultar que es una leyenda urbana eso de que el costamarfileño no va bien de cabeza. Porque su remate fue impecable, salvo por el hecho de que no hubiera sido cinco centímetros más centrado en la portería.

Traoré merece un comentario aparte en el desarrollo del partido. Porque en contra de lo Rubi declaró no hace mucho, en el sentido de que en ningún caso iba a haber dependencia del jugador cedido por el Mónaco a la hora de atacar, lo cierto es que todos buscan al gigante rojiblanco cuando no saben qué hacer con el balón. Y este, que durante gran del partido sacó de quicio a no pocos aficionados, por su falta de acierto, curiosamente, a medida que el resto de sus compañeros iban a menos, él fue a más, siendo al final ovacionado cuando a falta de diez minutos, fue sustituido. Con todo, si me permiten darles mi opinión, creo que sin ser mal jugador, el africano no vale ni de lejos lo que ha costado. Al menos hasta ahora. ¡Ojalá tenga que tragarme mis palabras!

Pero antes de que Traoré fuera sustituido, se produjo la jugada que decidió el signo del partido. Minuto 74: balón que se cuela entre la defensa sportinguista y que llega a los pies de Bondonga que se dispone a encarar en uno contra uno a Cuéllar. Pero no llega a hacerlo porque es derribado por Meré al borde del área. Clara tarjeta roja que hará además que el canterano se pierda el partido contra el Barcelona. Pero lo peor estaba por venir: Iago Aspas coge el balón y aprovechándose de una barrera tan despistada como mal colocada, lo envía directo al fondo de las mallas. Jarro de agua fría y más de un cuarto de hora por delante para defender un empate, mientras entre dientes, se maldecían todas las oportunidades perdidas.

Cerca estuvo el Celta de acabar por remontar el encuentro, pero ya hubiera sido demasiada injusticia. Los últimos minutos fueron un monólogo celeste, mientras los jugadores rojiblancos incluso perdían tiempo, conscientes de que era prácticamente misión imposible optar a mayor premio que un mísero punto.

Dijo Rubi tras el partido, que jugando así las victorias acabarán por llegar. Que es solo cuestión de tiempo. El problema es precisamente cada vez hay menos tiempo. El miércoles el Sporting visita nada más y nada menos que al todopoderoso Barcelona en el Camp Nou, donde casi con total seguridad, habrá rotaciones. Y es que el entrenador es el primero en ser consciente de que el próximo domingo, frente al Depor, nos jugaremos nuestras últimas opciones (una vez más). Y estas pasan por algo tan sencillo, pero que en este Sporting parece tan complicado, como el ser capaces de marcar un gol más que nuestro rival. Porque quédense con lo que les he dicho antes: sin goles no hay Paraíso.

Post Scriptum: el seleccionador Lopetegui estuvo en el palco de El Molinón, viendo el partido como invitado de honor, en vistas al encuentro que España habrá de disputar frente a Israel el próximo 24 de marzo, correspondiente a la fase de clasificación para el Mundial de Rusia 2018. Como es lógico, los rumores se han disparado. Veremos cuáles se quedan en eso y cuáles se transforman en noticia.