Vaya por adelantado que Rubi no tiene nada de fortuna con las lesiones y que siempre tiene que ser sustituido el futbolista que le deja en evidencia. Cuando el técnico catalán dio la convocatoria definitiva poco antes del choque y decidió prescindir de Nacho Cases para tener dos laterales a su lado en el banquillo (se supone que uno a cada lado), el Sporting comenzó a perder el partido ante el Deportivo de La Coruña. Lastrado por esa decisión incomprensible, Rubi tomó otra más, también errada, para sustituir al lesionado Moi Gómez. Y peor aún fue la distribución de los futbolistas sobre el verde tras la entrada de Víctor Rodríguez, que jugó por dentro mientras Carmona seguía pegado a la cal. Salvo por el cambio obligado, el catalán volvió a ser remiso a buscar soluciones en el banquillo, cosa que hizo tarde y con poco tino.

Cuesta entender los baremos que maneja Rubi a la hora de hacer las convocatorias. Sin entrar a valorar los nombres propios, que el técnico tendrá sus razones, sorprende el olvido de algunas posiciones. Lo hizo en Bilbao, donde obvió tener un central en el banquillo y cuando se lesionó Babin prefirió condenar a Xavi Torres (defenestrado desde entonces), antes que poner a Lora en el lateral y a Lillo en el centro. Y lo repitió ayer. Prescinde de un centrocampista creativo como Nacho Cases para tener dos laterales en el banquillo (no llegó a usar a ninguno). Además, si como se vio en Bilbao no contempla a Lillo de central, tampoco había recambio para Meré y Amorebieta.

La mala fortuna le dejó de nuevo en evidencia con la lesión de Moi Gómez, cuyo sustituto natural hubiera sido el centrocampista asturiano. Otra opción más lógico, pasaba por dar entrada a Xavi Torres y adelantar a Vesga a la posición de interior. Y, en todo caso, si apostaba por Víctor Rodríguez, el catalán debió jugar por fuera. Para colmo, el rendimiento del jugador comprometió la decisión del técnico, hasta el punto de que hubo de rectificar y sacrificarlo para buscar a Carlos Castro.

El tercer cambio (la entrada de Cop por Douglas) provocó que varios futbolistas acabasen el partido fuera de posición. El técnico no está siendo justo con el croata, relegado al rol de tercer delantero cuando, que nadie lo olvide, es el máximo goleador del equipo y se ha ganado un protagonismo mayor.

Rubi ha brillado habitualmente en sus planteamientos iniciales, pero su acierto decae cuando tiene que interpretar el partido sobre la marcha. Tan sólo en Leganés, consiguió voltear el choque a favor de obra con sus cambios.

Otro aspecto que debe mejorar es el de imponerse. Por más gestos que le hace a Cuéllar no consigue evitar que el portero saque en largo, cuando el equipo y el técnico prefieren salir tocando. Sorprendió también ayer la anuencia del técnico con el empecinamiento de Víctor Rodríguez en sacar todos los balones parados, cuando era evidente que no resultaba su mejor día.

De lo que no es responsable el técnico es de la desastrosa planificación deportiva de este curso. El año que más fichas profesionales tiene el equipo es también la temporada en que más carencias evidentes hay en la plantilla, mientras en otras posiciones se multiplican los efectivos. El final de temporada se acerca y el consejo no mueve ficha en la dirección deportiva. Rubi, de momento, ha roto la caja de cambios.