La derrota del pasado domingo ante el Deportivo de La Coruña se convirtió en el sexto partido consecutivo que el Sporting encadena sin ganar en El Molinón. Una cifra que se concreta en cinco derrotas y un empate, capaces de explicar la delicada situación en la tabla en la que se encuentra el conjunto gijonés, situado a siete puntos de la zona de salvación. La última vez que se atravesó por una dinámica similar fue hace seis años, en la temporada 2010-11. Fueron también seis partidos sin ganar que, en aquel caso, contaron al menos con tres empates de por medio. Un bache que no evitó, entonces, la salvación.

Rubi sigue sin saber lo que es celebrar una victoria en casa. El entrenador rojiblanco tomó el relevo de Abelardo, el pasado 17 de enero, asumiendo la tarea de relanzar al equipo con El Molinón como uno de los pilares para apoyarse. Los rojiblancos, cuyo último triunfo en el municipal gijonés se remonta al 4 de diciembre, ante Osasuna, ha mostrado su mejor cara en casa desde la llegada del catalán, pero los resultados no han acabado de acompañar.

El primer partido del Sporting en El Molinón con el barcelonés en el banquillo terminó en goleada, con un 2-4 ante el Alavés que alimentó las dudas. Nada tuvo que ver el siguiente duelo en casa, ante el Atlético de Madrid, a pesar de que resultado contó con cierto parecido (1-4). El equipo tuvo en su mano la oportunidad de, al menos, arañar un valioso empate, de no ser por las concesiones ante un fulgurante Gameiro. El buen fútbol continuó ante el Celta, sumando un punto (1-1) que supo a poco tras las ocasiones generadas. El último paso atrás fue el domingo, ante el Deportivo de La Coruña (0-1), desperdiciando la oportunidad de salir de los puestos de descenso. A estos cuatro partidos de Rubi en el municipal gijonés hay que añadir los dos anteriores en casa, con Abelardo, que acabaron con derrota ante Villarreal y Eibar, para completar la peor racha en seis años.