La renovación de Sergio Álvarez Díaz (Avilés, 23-1-92) es la mayor alegría que se ha llevado el sportinguismo en los últimos tiempos. Además de un estimable centrocampista, el avilesino es un símbolo del Sporting que sueñan sus seguidores. Sergio no lo ha tenido fácil, pero ha demostrado una fuerza de voluntad que le ha llevado al éxito. Sólo comparable con el compromiso que demuestra con el equipo de su vida cada vez que se sienta a negociar.

- Renueva hasta 2021 en un momento delicado, ¿cuál es la lectura?

-Por un lado, el colectivo, que no es la mejor situación para el equipo. Y por otro lado, está el plano individual y el compromiso que adquiere el Sporting conmigo y yo con el Sporting. Tenía contrato hasta 2019, las partes estamos contentas, el club con mi trabajo y yo con cómo se me valora. Por qué no ampliar el contrato si es algo que me da tranquilidad para seguir trabajando, para seguir creciendo y aportando mi fútbol al Sporting.

- ¿Se considera eso que se llama un hombre de un solo club y es tan raro en el fútbol moderno?

-No, porque el fútbol da muchas vueltas y tampoco podemos mirar muy allá. Lo que tengo claro es que he adquirido un compromiso con el Sporting, que estoy muy contento aquí, que me siento valorado y que voy a dejar toda mi fuerza y todo mi fútbol por este club.

- ¿Qué supone el Sporting para usted?

-Es mi equipo. Llevo muchos años aquí, le tengo mucho cariño al club, siento mucho el cariño de la afición y cuando te sientes valorado en tu club, estás tranquilo si encima tienes la posibilidad de jugar regularmente...

- ¿Qué sueño deportivo tiene pendiente de cumplir?

-Que el Sporting alcance una estabilidad en Primera y que volviera a Europa como hizo hace muchos años. Es el sueño de muchísima gente y también el mío.

- ¿Le han tentado muchas veces de otros equipos?

-Simplemente aproveché la oportunidad que me brindó el club.

- Pero siempre es agradable que se valore su trabajo fuera de su club?

-Por supuesto. Creo que el club está contento con mi trabajo y yo estoy intentando mantener un compromiso grande con ellos. Todos sabemos de la dificultad que conlleva jugar en Primera División.

- ¿Cuál ha sido su mejor momento en todos estos años?

-El ascenso porque fue un año duro y a la vez muy bonito. Prácticamente nos salió todo y la guinda del pastel fue el ascenso in extremis en el último minuto, disfrutándolo en Sevilla y con todos mis compañeros, mucha gente de la casa. Ese año fue increíble.

- ¿Qué supuso para usted el éxito del Sporting de los guajes?

-Fue muy bonito. El año se presentó con dudas, el club no estaba bien económicamente, ves que suben a muchos chavales del filial y al principio había incertidumbre en torno al equipo. Desde el primer momento se vio que dabamos buen nivel, que tenía unas señas de identidad con las que el público se sentía muy identificado. Fue un año redondo.

- Con todo el respeto al proyecto actual, ¿cree que se han perdido un poco esas señas de identidad?

-Bueno, al final esto es fútbol profesional, es exigencia y el club es el que decide quién juega y quién se va. El equipo este año está intentando jugar bien, no estamos teniendo toda la suerte que nos merecemos porque hay un gran grupo humano que está intentando dar la vuelta a la situación. Los resultados no acaban de llegar. En el fútbol unos vienen y otros van y no hay que darle demasiadas vueltas. Son diferentes proyectos y no se deben comparar.

- Desde que llegó al infantil, ¿cuántas veces había soñado marcar el gol que le hizo al Villarreal y que selló una permanencia?

-Muchísimas. Cuando llegué en infantiles y veía a los del primer equipo, me parecía que yo nunca llegaría aquí. Luego vas superando etapas y teniendo oportunidades. Cuando llegas al filial ya lo ves muy cerca y yo tuve la suerte de que apostaron por mí. He intentando trabajar mucho para mantenerme en el primer equipo y ahora estoy en una situación perfecta.

- ¿Y el peor momento?

-Un momento difícil fue cuando pasé dos en el primer equipo con muy poco protagonismo. Era un chico muy joven y no era una situación fácil para mí. Me costó mucho no encontrar una continuidad, porque con esa edad es importante jugar para seguir creciendo. Fueron momentos muy duros, que también te sirven para valorar cuando juegas, disfrutas y te sientes importante para el club.

- ¿Cuál ha sido el entrenador más importante de su carrera?

-Sería un poco egoísta por mi parte elegir a uno. Desde las categorías inferiores se ha trabajado muy bien conmigo. Obviamente, cuando un entrenador te da la oportunidad de jugar en el primer equipo y te da continuidad es más importante que otros que te dieron la confianza en categorías inferiores. No me gustaría escoger un nombre porque he aprendido de todos, siempre me han tratado con mucho cariño y respeto. Se están haciendo las cosas bien desde abajo y se ve cómo estamos rindiendo en el primer equipo jugadores de la casa.

- ¿Y destacaría a algún compañero?

-Me gustaría destacar a alguien que no es de aquí, que me impactó mucho y que fue un ejemplo para mí. Se trata de Bernardo Espinosa, con el que tengo mucha relación. Para mí fue un ejemplo verlo trabajar cada día, cuando subí al primer equipo me acogió con los brazos abiertos y me encantó ver la fuerza y la alegría con la que trabajaba. Tengo mucha amistad con él y es una persona a la que quiero bastante.

- Enumere los argumentos por los que se va a salvar el Sporting?

-Creo que el equipo está dando en el campo argumentos suficientes para llevarse los partidos, sobre todo estos últimos en casa. Cuando creas más ocasiones que un rival que apenas te hace peligro, te tienes que llevar los partidos. Esto no está ocurriendo ahora, porque nos ha faltado una pizca de acierto o de tranquilidad, que no es fácil en la situación en que estamos. Tenemos que seguir en esta línea de juego porque al final el público valora nuestro trabajo. No es una situación fácil para nosotros, pero tampoco hay que volverse locos. Como profesionales que somos, admitimos que las cosas no están fáciles pero queremos sacarlas adelante y tenemos la capacidad para hacerlo.

- En este sistema 4-1-4-1 solíamos verle de ancla, ¿cómo se encuentra ahora de interior?

-Me veo a gusto. Hace tiempo que no juego ahí con asiduidad y hay situaciones que me cuestan un poco, pero me gusta analizar para intentar mejorar y dar mi mejor nivel. Cada partido me encuentro un poco más cómodo.

- ¿El futuro del Sporting se decide ante Valencia y Granada?

-No es que se decida totalmente, pero hay que ser realista y son partidos muy importantes para nosotros. Como lo fue el partido ante el Deportivo.

- ¿Qué le falta al equipo para ganar partidos?

-Si estuviéramos un poco más acertados de cara a portería, el equipo tendría más puntos. El trabajo colectivo está siendo bueno. Es una verdadera pena no haber sumado más puntos.

- ¿Quiénes son sus referentes futbolísticos?

-De pequeño me alucinaba Zidane, me parecía la elegancia personificada y me encantaba verlo jugar. A día de hoy me gusta mucho Sergio Busquets, Xabi Alonso y Xavi Hernández.

- Fuera del club, ¿de quién escucha consejos futbolísticos?

-Valoro mucho a la gente veterana del Sporting. Joaquín, Cundi, Redondo, David? siempre me han tratado muy bien, siempre han tenido unas palabras cariñosas para mí, ellos han vivido estas situaciones y me gusta mucho poder escucharles y que tengan ese trato hacía mí. Son personas muy respetables en el Real Sporting de Gijón y los escucho con la máxima atención.

- En sus inicios se le comparó con Joaquín, ¿le abrumó un poco?

-No, porque realmente no me he querido nunca comparar a nadie. Cada jugador es un mundo. Siempre tomé como un halago que se me pudiera comparar con una leyenda como fue Joaquín, pero para mí fue algo anecdótico.

- De los rivales a los que se ha enfrentado, ¿qué futbolista le ha impresionado más?

-Messi tiene algo diferente, es un jugador muy especial, que lo lleva demostrando muchas temporadas y sufrirlo en directo es alucinante.

- Por detrás vienen empujando fuerte, ¿tiene algún predilecto?

-Es difícil destacar a alguien, porque el filial está haciendo un grandísimo año y sólo hay que verlos jugar. Cuando los chavales suben a entrenar con nosotros, lo hacen con buen ritmo y nivel. No quiero decir ningún nombre porque probablemente me equivocaría, pero hay muy buenos jugadores en la cantera, gente muy joven, con mucha ilusión y con muy buenas condiciones. Hay que intentar darles las condiciones perfectas para que sigan creciendo y puedan llegar al primer equipo porque hay gente muy válida.