A falta de cinco minutos para la conclusión del tiempo reglamentario, el Sporting vio cómo se le escapaba una victoria, que rozaba ya con la punta de sus manos, y que si nos atenemos a lo que se vio sobre el césped de Mestalla, no habría sido del todo injusta. Aunque siendo honestos, quizás el resultado final se corresponda más con los méritos contraídos por unos y otros. ¿Pero acaso nos hubiera importado a los sportinguistas que por una vez, la Dama de la Justicia se hubiera quitado la venda de sus ojos y con un guiño nos hubiera bendecido con tres puntos? Pero no fue así y de este modo, un centro lejano, tras una pérdida absurda de Douglas, encontró la cabeza de Munir, libre de marca gracias al monumental despiste de Meré, poniendo el balón en la mismísima escuadra. Inútil la estirada de un Pichu Cuéllar, que con el cero a cero aún en el marcador, había detenido de forma espectacular un penalti (van dos en dos jornadas) a Parejo. Penalti por cierto tras otra pérdida de balón inocente por parte también de Douglas, aunque no menos inocente que la falta que comete Vesga y que provoca la pena máxima.

El jugador cedido por el Athletic, salvo este lunar, protagonizó otra actuación imperial. ¿No habrá modo de ir apalabrando la renovación de su cesión en el caso de que se obrara el milagro y salváramos la categoría? Aunque dudo mucho que desde Lezama, viendo su rendimiento, vayan a renunciar a contar con sus servicios la próxima temporada.

Errores como los comentados anteriormente, son los que llevan lastrando a este equipo durante toda la temporada. Errores como el que justo al inicio del segundo tiempo y poco antes del penalti ya narrado, cometió Carmona en el saque de una falta entregando la pelota al rival, quien de forma fulminante lanzó un contragolpe, con un Orellana que en su carrera hacia Cuéllar, no encontró ni un solo obstáculo. Quizás esta tan increíble facilidad hizo que el delantero chileno cedido por el Celta, marrara lo que en la grada se cantaba como el primer del conjunto ché.

Una grada la de Mestalla, que mostró desde el inicio del partido su descontento con el equipo y con su máximo mandatario, Peter Lim. De hecho, antes del partido se habían repartido 1.500 silbatos para aumentar el volumen sonoro de la protesta, aunque dentro del estadio, a través de la megafonía, se recordó la prohibición de su uso. Son personajes como este, los que hacen que cuando se habla de una salida de la familia Fernández del Sporting, venga a la cabeza el interrogante de si pudiera ser peor el remedio que la enfermedad. Parece realmente harto difícil que esto pudiera ser así, vista la gravedad de esta enfermedad.

Reseñar además que la afición valenciana tuvo un detalle que empieza a ser habitual (salvo alguna excepción como la de la semana pasada con el Depor): corear aquello de que el Sporting es de Primera. De tanto escucharlo, uno empieza a pensar que más que un deseo o una afirmación real con base sostenible, se trata de una despedida cariñosa a un rival por el que se profesa simpatía, que huele a Segunda.

Porque la realidad es tozuda: tan cerca estuvimos del empate como tan lejos seguimos estando de la salvación. Tan cerca, tan lejos. Quizás incluso un poco más lejos, después de haber disputado una jornada más. ¡Y gracias!, que dirán algunos, tras el empate del Leganés en Sevilla y la derrota in extremis del Granada en casa contra el Atlético de Madrid. Con todo, a falta de once jornadas, la salvación se sigue viendo muy lejana. Y más cuando únicamente eres capaz de sumar de uno e uno.

A pesar de ello, el Sabio de Vilasar del Mar afirmó tras el partido que nuestro momento llegará. Habría que recordarle que también se dice de aquellos que fallecen, eso de que les había llegado el momento. Pero no busquemos dobles sentidos, porque es obvio que el entrenador catalán del Sporting se refería a otro tipo de escenario, nada que ver con el deceso de este equipo en forma de descenso de la primera categoría del fútbol español. Así que lo único que nos quedaría por rogar, si de verdad ha de llegar ese momento al que se refiere Rubu, es que sea cuanto antes.

También en la rueda de prensa posterior al partido, se le preguntó a Rubi por los cambios, sobre todo por la sustitución de Burgui, y si estos podrían haber facilitado el empate final, después de haberse adelantado en el marcador el Sporting, gracias precisamente a una jugada personal y remate del extremeño, cuyo rechace cazó Cop enviándolo al fondo de la red. La respuesta fue contundente: "eso sería buscarle tres pies al gato". Con ella, se hizo evidente su desagrado ante la peliaguda cuestión del motivo que había pasado por su cabeza, para haber dejado al Sporting sin su jugador más desequilibrante.

Son esas cosas que tienen a veces los entrenadores y que el mortal aficionado, no siempre logra entender. Como no entiende que de repente, quien había sido titular indiscutible en la delantera, sacrificando para ello al máximo goleador del equipo, pase no solo a la suplencia sino que no merezca siquiera ser la primera opción de recambio para la delantera. Lo de Duje Cop era algo que clamaba al cielo y está bien que Rubi, como sabio que es, haya rectificado. Ahora le toca explicar qué hacemos con Traoré si hasta Carlos Castro se sitúa por delante del jugador costamarfileño a la hora de reemplazar a Cop. Aunque este mismo domingo, debido a la sanción por acumulación de tarjetas del croata, saldremos de dudas sobre si esto es cierto, o si el cambio en Mestalla de Castro por Cop, simplemente fue algo circunstancial, debido a las características del rival o de alguna indisposición del espigado delantero africano.

El tema de las tarjetas merece especial mención. Más allá de que pudieran ser no ya rigurosas, sino directamente mostradas injustamente, jugadores como Cases, Cop y quizás más aún Cuéllar, deberían haber sido mucho más inteligentes, para evitar el haber visto una cartulina que les costará ver desde la grada el próximo partido, frente a un rival directo como el Granada, donde como en Valencia, no valdrá nada que no sea la victoria. No obstante, Cuéllar ya ha manifestado que tiene confianza en que su tarjeta sea retirada. Permítanme que muestre mi escepticismo al respecto. Porque ya les he dicho en alguna otra ocasión, que no son pocos los que quisieran ver al Sporting en Segunda, en una especie de ajuste de cuentas por lo que sucedió en la última jornada de la pasada temporada. No hay más que ver quién será el encargado de arbitrar el próximo partido.

Ahora toca pasar una vez más página cuanto antes. Rubi dijo como saben que ganando los cuatro últimos partidos nos salvábamos. Aunque luego aclaró que lógicamente para ello, antes habría que sumar "algo más". Desconozco si este punto que a muchos nos sabe a muy poco, a él le encaja en ese algo más. Mi impresión es que necesitaríamos no algo más, sino más bien mucho más. Fundamentalmente en puntos, pero también en el juego. Pues a fin de cuentas jugando bien y cometiendo pocos errores (ninguno a ser posible) es como casi siempre se suman puntos.

Nadie discute la mejoría en ciertos aspectos del juego, desde la llegada de Rubi al banquillo rojiblanco, teniendo en cuenta en todo caso el hecho objetivo de que el análisis del fútbol es algo sin embargo muy subjetivo. Sin embargo, es evidente que hay otros aspectos que siguen fallando. Como por ejemplo hoy el no haber ido a matar el partido con el uno a cero, en lugar de encerrarse atrás, que fue lo que en definitiva provocaron los cambios. Y no es la primera vez que esto ocurre. Algunos aficionados comienzan a opinar que nuestro entrenador todo lo que gana con sus planteamientos iniciales, lo compromete o directamente pierde, con los cambios que realiza.

Por cierto, que en el planteamiento inicial del partido, pudimos ver hasta cuatro jugadores MIM (ahora que tan de moda está el uso de iniciales), que es como me he permitido bautizar a los guajes Made In Mareo. A saber: Canella, Meré, Sergio y Cases. Debe de haber sido una de las jornadas donde mayor presencia de la cantera ha habido en el once inicial. Cuatro de once; equipo de cantera, lo llaman a esto.

Esta próxima semana promete ser muy intensa, pero confiemos en que el domingo, se cierre con una victoria que sirva además de regalo en un día tan señalado como el del Día del Padre. De padre y muy señor mío es la misión que tiene por delante este equipo con su entrenador a la cabeza.

Post Scriptum: ¿la ausencia de la convocatoria de Isma López por dos semanas consecutivas, tendrá algo que ver con la necesidad de que uno de los refuerzos de invierno no parezca un error de esos que tanto irritan a los buenos y pacientes aficionados rojiblancos?