El desplazamiento a Valencia en plenas fallas y con un tiempo más que primaveral fue un atractivo irresistible para la Mareona del Sporting. Los seguidores rojiblancos viajaron desde toda Asturias, pero también hubo una nutrida representación de las peñas que el Sporting tiene en Barcelona y Madrid. Al final, el sportinguismo consiguió hacerse oír por encima de la pólvora valenciana. Mientras la parroquia local se esmeraba en protestar contra un máximo accionista que descansaba muy lejos de Valencia y en pitar a sus futbolistas, la afición rojiblanca animaba sin desmayo desde la altura del anfiteatro en el que fue ubicada, a pesar del gran espacio libre en gradas más bajas.

Un grupo entregado fue el que formaron algunos veteranos del Sporting que se instalaron en casa de Antonio Maceda, anfitrión de lujo. El exportero Claudio y Jorge David viajaron desde Asturias en compañía del hijo de éste Pablo López. Allí se juntaron con el que fuera preparador físico de Maceda en el Sporting, Pedro Gracia, y con el exjugador del filial rojiblanco, del Valencia y de Turón Pablo.

Uno de los atractivos del fin de semana fue el de visitar el museo de Manolo el del Bombo y fotografiarse con el aficionado más conocido de España. También los hubo que acudieron al museo de las artes Príncipe Felipe para visitar el ninot infantil de Preciado y votar a favor de su indulto.

Las fallas ya copaban el protagonismo de las calles en un fin de semana en el que hubo tiempo para todo. Hasta para disfrutar de la sonora Mascletá. Lo único malo, fue el cabezazo afortunado de Munir que dejó al Sporting y su gente sin dos puntos de oro.