El autocar del Sporting no llegó a Mareo hasta cerca de las cinco de la mañana. El motivo fue que dos futbolistas rojiblancos, Cuéllar y Lillo, tuvieron que someterse al control antidopaje. Esta vez el sorteo quiso que fueron dos futbolistas que salieron de titulares y jugaron el partido completo, que suelen ser los que tienen más problemas para superar la prueba porque acaban el choque deshidratados. Finalmente, el autocar, con todos los expedicionarios a bordo, abandonó Anoeta en torno a las doce y media de la noche, algo más de una horas después de la salida programada inicialmente. El autocar no se detuvo por el camino, pero aún así llegó a destino cerca de las cinco de la madrugada. La plantilla tuvo ayer día libre.