Llega el Real Madrid a Gijón en plena celebración de la Semana Santa (para santa la afición sportinguista), para disputar un partido en el que los merengues no pueden fallar, si no quieren ver reducida su actual ventaja sobre el Barcelona, justo a las puertas del enésimo clásico. Precisamente, la proximidad del partido contra el eterno rival, la vuelta de la Champions frente al Bayer y algunas lesiones, harán que el equipo que Zidane disponga sobre el césped de El Molinón, diste mucho del supuestamente ideal. De esta forma, es más que probable que jugadores como Isco, Asensio, James, Morata y Danilo, tengan su oportunidad.

Por su parte, el Sporting se juega probablemente su último cartucho, después de las dos últimas decepciones sufridas con las derrotas frente al Málaga y a la Real Sociedad (esta última especialmente dolorosa por la forma y la actitud del equipo sobre el campo). El problema es que en los anteriores cartuchos, pudimos comprobar que dentro, no había pólvora. Y no hay motivos más allá de la fe inquebrantable de la afición sportinguista en sus colores, para pensar que pueda haberla ahora. Y menos con un rival enfrente como el Real Madrid, al que el Sporting únicamente ha ganado en uno de los últimos quince enfrentamientos disputados en liga (aquel 0-1 con gol de De Las Cievas en abril del 2011 y con el eterno Preciado en el banquillo). El resto: dos empates y nada menos que doce derrotas. Hasta la fe inquebrantable tiene un límite. Otro dato que no invita a la esperanza es que de las últimas ocho visitas a nuestro estadio el balance es también demoledor: tres empates y cinco derrotas, sin conseguir los nuestros perforar en ninguna ocasión la portería rival. Claro que como dice aquel, las estadísticas están para romperlas.

Así que nos encontramos ante un Sábado de Gloria (no confundir con el Sábado de Pasión, que se celebra en vísperas del Domingo de Ramos) que podría ser un sábado para la gloria en el caso de victoria de los hombres de Rubi. Pero la gloria, como la fama, cuesta. ¿Recuerdan los más veteranos aquella serie, Fama y lo que les decía a sus alumnos la dura profesora de danza?: "buscáis la fama, pero la fama cuesta; pues aquí es donde vais a empezar a pagarla con sudor". Cambien ustedes fama por gloria y aplíquenlo al partido del Sporting. ¿Están dispuestos a sudar los jugadores sportinguistas por alcanzar esa gloria, aunque esta pudiera ser efímera? Porque no nos engañemos: ganar a todo un Real Madrid significaría "solo" sumar tres puntos, que de poco servirían si al siguiente partido, en Pamplona, volviéramos a dar la de arena.

Dice Rubi que el equipo dará la cara frente al Real Madrid, aunque por otro lado, también afirma que ve desanimados dentro del vestuario a un par de jugadores. Sobre lo de dar la cara (algo que vuelvo a recordar que no se hizo en Anoeta), esperemos que al Sporting no le ocurra como en su día le sucedió a Poli Díaz (¿le recuerdan?: el ´Potro de Vallecas´?). Se jugaba el campeonato del mundo y afirmó convencido de sus posibilidades, que saltaría al ring como siempre a por todas y a dar la cara, a pesar de que su oponente era manifiestamente favorito. Y efectivamente, pareció ir a por todas, porque su cara recibió todos y cada uno de los golpes lanzados por su rival. No se dejó ni uno, oiga. Por supuesto perdió aquel combate.

Con Burgui fuera de la convocatoria por la famosa (y vergonzosa) ´cláusula del miedo´, habrá que ver cómo se las ingenia Rubi para sustituir al que en los últimos partidos, estaba siendo el único jugador capaz de general algo de desconcierto entre las filas enemigas. ¿Significará la vuelta de Isma López al equipo? ¿O nos sorprenderá el sabio de Vilassar de Mar con un nuevo experimento? A la vista de los antecedentes, es complicado acertar con la alineación que el conjunto rojiblanco opondrá al líder de la supuestamente mejor Liga del mundo (la misma que nos maltrata con horarios como el de este sábado, que obliga a comer con el desayuno aún dando vueltas en el estómago). Mejor no me arriesgo y que cada cual, libremente, piense la suya. La mejor de todas las alineaciones posibles sería la que consiguiera los tres puntos. En el fútbol siempre ha sido así. Aunque no faltarán quienes todavía digan que un punto no sería malo, ganando luego en Pamplona. Somos así de crédulos. También es cierto que si no creemos en la resurrección de un equipo muerto, en fechas como estas, no creeremos nunca.

Post Scriptum: comienzan los rumores sobre quién será el próximo Director Deportivo. Cuidado no vayan algunos a llevarse una sorpresa si nos encontramos con la vuelta del hijo pródigo. Sería la mejor de las noticias posibles con las que encarar el nuevo vía crucis que supondría un ahora mismo, más que probable retorno a la Segunda División.