Diez jornadas sin ganar encadenaba el Sporting cuando su camino se cruzó, por última vez, con Osasuna. La llegada del conjunto navarro a El Molinón midió la capacidad de un conjunto rojiblanco que se había olvidado de la victoria desde aquellas tres jornadas iniciales en las que encadenó un triunfo ante el Athletic, un empate en Vitoria y una nueva victoria ante el Leganés. Abelardo buscaba una reacción que acabó teniendo como protagonista a Carlos Carmona.

El mallorquín marcó dos de los tres goles con los que el Sporting se impuso a Osasuna en la primera vuelta (3-1). Fue una jornada en la que el balear terminó de reivindicar su condición de futbolista importante dentro de los planes de un Sporting en el que había tenía apariciones contadas hasta el momento. Fue un antes y un después. Carmona abrió entonces un capítulo en el que se ha convertido en un fijo, con el Pitu y con Rubi, y que le enfrentará el sábado a un rival de grato recuerdo.