Que las estadísticas son engañosas en fútbol, ya se sabía, pero el partido de ayer sirvió de confirmación. El Sporting tuvo todos los números a su favor, pero eso no le sirvió para doblegar a un Osasuna voluntarioso. Los de Rubi rozaron el sesenta por ciento de posesión, remataron una docena de veces (cuatro de ellas entre palos), dieron 466 pases y sacaron cinco veces desde la esquina. Aún así, consiguieron los mismos goles (legales, se entiende) que un Osasuna que marcó dos tantos con un único remate entre palos. El primero llegó en un desafortunado desvío de Jorge Meré hacia su propia portería.

Osasuna supera al Sporting en dos únicos guarismos. Sirigu hizo dos paradas, una de ellas determinante para la suerte del choque, por ninguna de Cuéllar (que jugó el segundo tiempo ataviado con una gorra). También dominaron los navarros el número de faltas, 25 por las 10 del Sporting. Eso sí, la mayor parte de las tarjetas cayeron para el bando rojiblanco.