"Tenemos la sensación de que hemos dejado pasar oportunidades buenas, y ya sería imperdonable bajar por no haber sido capaces se sacar todos los puntos en estos últimos tres partidos". Rubi, entrenador del Sporting, no quiere excusas y habla claramente de la necesidad de hacer un pleno de victorias en el final de temporada para aspirar a conseguir la permanencia. El técnico rojiblanco tampoco se anda con rodeos a la hora de analizar el duelo de mañana ante la Unión Deportiva Las Palmas (El Molinón, 13.00 horas). "No ganar significa irse, prácticamente, a Segunda División. Está clarísimo y los jugadores lo saben", subraya para dar dimensión al valor de la victoria. Asume que el objetivo no es sencillo, ya que hay que recortar seis puntos al Leganés cuando restan nueve en juego, pero enfatiza que "los jugadores están mentalizados, no han tirado la toalla y creen que se van a salvar. Estamos convencidos de que si ganamos este partido vamos a llegar a la última jornada con opciones".

El Molinón, escenario de la final de mañana, fue el lugar de entrenamiento del Sporting en el día de ayer. Una jornada en la que el técnico ensayó las variantes que estudia para recibir a la Unión Deportiva Las Palmas, rival que no gana fuera de casa desde la primera jornada, y llegará sin ninguno de sus tres delanteros. "¿Asequible? Desde que estoy aquí no hemos ganado ningún partido de manera asequible. No me fío nada de las bajas del rival", explica Rubi. El técnico asegura que no especularán e irán a por el triunfo desde el inicio. "Vamos a salir a ganar. Siempre intentamos tener la posesión e ir a ganar. Es muy evidente que tratamos de llevar la iniciativa, lo que pasa es que la calidad de los rivales hace que nos cueste más quitarles el balón. Miramos hasta los kilometrajes, y desde que estamos aquí solo un equipo ha corrido más que nosotros: el Atlético de Madrid", señala.

Rubi da por olvidado el incidente protagonizado por Traoré y Amorebieta durante el entrenamiento del pasado martes. Una fuerte discusión en la que terminaron separados por Afif. "No le doy importancia. Se dieron la mano en el vestuario y no se ha vuelto a hablar de ello. Es normal. Esto demuestra que el equipo está vivo. Hay piques, la gente está con tensión porque la situación no es la que queríamos. Y eso, siempre que se pare en el momento oportuno, no lo veo malo", concreta. Ve al marfileño incluso más motivado que de costumbre. "Está con ganas de ayudar al equipo, tiene ganas de participar. Otra cosa es que lo que decidamos los técnicos. Estamos encontrando al Traoré de las primeras semanas, que estaba con mucha ilusión", subraya el preparador rojiblanco.

Rubi no quiere echar más cuentas que las de "ganar nosotros" pero la necesidad de que tropiece el Leganés lo hace inevitable. Por ello, muestra su confianza en que el Betis, a los que ve muy fuertes cuando juegan en Butarque. "Igual que otras temporadas se ha visto que los equipos de abajo podían ganar cuatro o cinco partidos al final, ahora esto está cambiando un poco entre que la competición te da unos ingresos más altos en función de cómo acabes en la tabla y que la diferencia entre los equipos de abajo y de media tabla quizá es más grande que otros años. Es difícil ganar partidos, y tengo que confiar en que nosotros sí lo vamos a conseguir", destaca.

El Deportivo es otro de los equipos que podría cazar el Sporting, ya que los gallegos están a ocho puntos. Rubi no da por perdida la opción de cazar al cuadro coruñés. "Me genera más dudas lo que a mi equipo le cuesta ganar, que lo que le pasa al resto, pero en el fútbol pasan cosas que nadie imagina, y si nosotros ganamos pueden pasar muchas. Si fuera del Dépor, no me fiaría. Necesitan ganar un partido, porque si no pueden pasar cosas extraordinarias", señala.

El entrenador del Sporting admite cierta sorpresa por los gestos de apoyo recibidos en Mareo al inicio de la semana. "Ser sportinguista es un aprendizaje continuo. Te hacen estar agradecido y con más responsabilidad si cabe. Soy de los que piensa es que todos unidos es mucho más fácil", seña. En todo caso, deja entrever que de inicio, sospechó que ver tantos aficionados esperando al equipo podía ser para reprochar la derrota ante el Villarreal. Fue por ello que saltó el campo el primero, en solitario, para calibrar el ambiente. "Uno tiene que estar preparado para aguantar críticas si la gente no está contenta. No me voy a esconder. Voy a poner la cara, porque soy uno de los máximos responsables de cómo está el equipo", subraya el entrenador del Sporting.