La principal razón que a día de hoy sostiene a Nico Rodríguez como director deportivo del Sporting es económica. A pesar de que todas las declaraciones oficiales aseguran que no se ha tomado una decisión sobre su futuro inmediato, la realidad es que el consejo de administración rojiblanco ha comenzado ya hace días a rastrear el mercado en busca de su sustituto. La salida de Nico Rodríguez está decidida, pero el consejo quiere medir bien los tiempos. El momento en que se produzca el despido es importante. Nico Rodríguez tiene una temporada más de contrato, pero al igual que el resto de empleados de la parcela deportiva (técnicos, futbolistas y auxiliares) ha firmado una importante reducción de sus honorarios en el caso de un descenso a Segunda División. El ahorro no alcanza al 50%, pero sí supone una rebaja sustancial.

Si Javier Fernández destituye a Nico Rodríguez con el equipo aún en Primera, tendría que abonarle el año que le resta con las cantidades fijadas para la máxima categoría. O al menos, asumir una batalla jurídica que prefiere evitar. Por ese motivo, opta por esperar a que se aclare el futuro deportivo del Sporting. Nico saldrá del club en cualquier escenario, pero si lo hace tras consumarse un descenso que parece probable su despido será menos oneroso.

El aspecto económico no es la única causa en la demora de la toma de decisiones del consejo de administración, que no quiere interferir en la actividad deportiva del equipo. Desde el órgano gestor se espera un verano largo, con mucho movimiento en la parcela deportiva a todos los niveles y no se considera que merezca la pena el riesgo de crear una distracción cuando falta poco más de una semana para que finalice la temporada. En todo caso, si el domingo se consumase el descenso, ya se producirían movimientos la próxima semana. Algún responsable del consejo de administración ofrecería explicaciones y, probablemente, se anunciaría alguna decisión de calado.

La salida de Nico Rodríguez no es el único movimiento estructural que puede producirse en la parcela deportiva. El futuro de Rubi también está en el alero y va vinculado a la decisión que tome el consejo sobre el nuevo director deportivo, que será quien escoja al entrenador de la próxima temporada. Rubi tiene un año más de contrato si logra salvar al equipo, pero su gestión de las últimas semanas ha suscitado dudas sobre la conveniencia de su continuidad, que no está garantizada ni siquiera en Primera.