Caras largas, nueve espectadores y silencio sepulcral. Así se inició el primer entrenamiento del Sporting tras consumarse el descenso a Segunda División. Roberto Canella tomó la palabra a la conclusión de la sesión. El capitán compartió la decepción por la pérdida de categoría a pesar de haber logrado la victoria en Eibar. "La sensación es de impotencia. Ahora hay que defender este escudo con dignidad y pensar en volver a vivir un ascenso", subrayó el de Pola de Laviana. "Se mira la regularidad, y no la hemos tenido. Ha sido merecido el descenso. A pesar de que el equipo lo ha dado todo, no hemos hecho méritos. Llevábamos jugando partidos a vida o muerte desde las últimos jornadas con Abelardo", continuó.

Canella asumió que es hora de hacer autocrítica, y que los futbolistas del Sporting lo harán, dejando la responsabilidad de que se realice en otras áreas del club a cada uno de sus responsables. Evitó entrar en polémicas sobre las declaraciones realizadas por Javier Fernández, en las que el presidente reconoció que realizar 16 fichajes no ha sido una de las decisiones más acertadas. "El Alavés también hizo 16 fichajes y va a jugar la final de Copa. Nunca se sabe qué es mejor o peor", señaló. Valoró este descenso como igualmente dolorosO al que ya vivió en el Sporting hace unos años, y aseguró que "el club está preparado para hacer una temporada como la del Levante", en relación a que los grandotas han firmado su regreso a Primera solo un año después de perder la categoría.

El capitán del Sporting recordó que le quedan dos años de contrato y que el descenso a Segunda no cambia sus planes de continuar en el club. Su situación en este último año resume los tumbos del Sporting. Descartado en verano, terminó como un fijo y uno de los futbolistas más regulares. "Sí que fue duro este año, pero con trabajo todo llega. A veces toca agachar la cabeza y trabajar duro, es lo esencial para lograr que te propongas. Hubiera preferido no jugar y que el equipo se salvase", apuntó él canterano. Canella llegó a pensar que el equipo salía vivo de Ipurúa en su objetivo de salvar la categoría, ya que pensaba que Dépor y Leganés perdían sus respectivos encuentros. "En el descanso me dijeron que iban ganando el Villarreal y el Athletic. Tenía esperanzas, y al final confiaba en que siguieran ganando. Cuando me dijeron que empataban me dio un bajón considerable", explicó, algo que justifica las lágrimas derramadaas en el campo del Éibar.