A Javier Fernández se le han acabado las excusas para comenzar a tomar decisiones. Algo que le cuesta demasiado al presidente rojiblanco, que tiene el feo hábito de demorar mucho más de lo aconsejable todas las salidas del club. Con la temporada terminada, el Sporting tiene que empezar ya a diseñar el proyecto del regreso a Primera División. El fracaso de este curso ha sido mayúsculo a todos los niveles y su consecuencia fue la estrepitosa protesta que se vivió ayer en El Molinón. Como no parece probable que se vayan a producir cambios en el accionariado del club ni en el consejo de administración, lo mínimo exigible al órgano gestor del club es que tome las decisiones adecuadas y que lo haga ya. Sin más demora. Hace meses que se sabe que Nico Rodríguez no puede seguir en el cargo, pero el club aún no le ha encontrado un sustituto.

Lo que parece claro es que el anunció de su despido se producirá esta semana. Más complicado está el nombramiento del nuevo director deportivo. Javier Fernández maneja un abanico con cuatro nombres, pero no termina de cerrar la contratación. Uno de los candidatos, Braulio Vázquez, rescindió su contrato con el Valladolid al final de esta semana y todo apunta a que en unos días será presentado por Osasuna. El Sporting sigue a la espera de que el exresponsable deportivo del Espanyol de Barcelona, Óscar Perarnau, dé una respuesta definitiva. El catalán está tranquilo ante las varias opciones que le plantea el mercado y no tiene prisa por decidir, hasta el punto de que ya les ha dicho que no a varios clubes interesados.

Otra opción sigue siendo la del vallisoletano Juanjo Lorenzo, arquitecto del mejor Osasuna, que actualmente trabaja para el Apoel Nicosia de Chipre, con el que ha conquistado el título de Liga que le da derecho a disputar la fase previa de la Liga de Campeones. En el pasado mercado de invierno fichó al exrojiblanco David Barral, una vez que se desvinculó del Granada.

Uno de los motivos de la demora en el nombramiento puede ser que Javier Fernández esté negociando la incorporación de un candidato que trabaje actualmente en un equipo de Segunda División. Y al que habría que convencer de dar el paso antes de que termine la competición en el fútbol de plata. El Sporting no está dispuesto a esperar al final de Liga y menos a que terminen las eliminatorias por el ascenso.

También parece muy complicada la continuidad de Rubi en el banquillo. Su gestión del tramo final de la temporada, con algunas decisiones difíciles de entender, y su manejo desafortunado y lento de los cambios, han provocado una pérdida de confianza en el técnico catalán. En todo caso, será una decisión que tendrá que tomar el nuevo director deportivo del club.

La de ayer fue una tarde de despedidas. Son evidentes las de los ocho cedidos y la de Xavi Torres, único futbolista que termina contrato. Hay otras probables. Parece claro que llegarán ofertas por Jorge Meré, aunque su salida dependerá del calibre de las mismas. La cláusula de rescisión de abarata de treinta a quince millones en el fútbol de plata. También parece cercano a la salida Iván Cuéllar. El portero podría encontrar acomodo en algún equipo de Primera División y su puesto se considera bien cubierto con Mariño. Nacho Cases, que se dio un emotivo paseo con su hijo en cuello por un Molinón ya desierto, también apunta hacia nuevos horizontes. No serán los únicos.