La primera impresión es impecable. Miguel Torrecilla llega solo a su hotel en Gijón después de un largo viaje por carretera desde Sevilla, con una pequeña escala en Salamanca, y atiende con una sonrisa. Es educado, saluda cortésmente a cada uno de los presentes y se muestra afable hasta donde le permite el guión. No está autorizado a hacer declaraciones hasta su presentación oficial, pero desliza un comentario afectuoso hacia su nuevo destino profesional: "Que estoy contento es evidente. Si no, no estaría aquí". Miguel Torrecilla parece un hombre que sabe el terreno que pisa y que llega convencido de haber tomado la decisión correcta. Lo más llamativo es que no suelta el móvil, su gran herramienta de trabajo siempre en la mano, no hay descanso en uno de los bolsos.

Miguel Torrecilla, el hombre fuerte del nuevo proyecto del Sporting, ya descansa en Gijón, donde esta mañana (11 horas, El Molinón) será presentado oficialmente como el nuevo director deportivo del Sporting. Un mero formalismo porque Miguel Torrecilla ya se puso a trabajar en el nuevo Sporting desde el momento mismo en el que su incorporación quedó encarrilada. En realidad, cuando se sentó a hablar con Javier Fernández y Ramón de Santiago ya traía perfectamente analizada a la plantilla del Sporting, sus puntos fuertes y sus carencias. Su idea, en definitiva, de cómo tiene que ser el equipo.

Tras la presentación, tomará posesión de su despacho en Mareo y empezará la acción. La primera gran decisión que se espera de él es la elección del nuevo entrenador. Torrecilla tiene un buen concepto de Rubi, aunque el catalán cotiza a la baja en las apuestas. Por pura inercia, se le han relacionado los técnicos que ya fichó en algún momento de su carrera. Según esta teoría, tendrían ventaja Paco Herrera y Juan Ignacio Martínez, actualmente en el Shanghai Shenxin chino, por el que apostó en su etapa inicial en Salamanca.

Otro de los puntos calientes del verano que le espera en Gijón será el futuro de Jorge Meré, la pieza más cotizada del vestuario rojiblanco. El central, que ayer se incorporó a la concentración de la selección sub-21 previa al Europeo, ha suscitado el interés de media Europa. El Sporting se remite a su cláusula de rescisión, pero hay muchas cartas por desvelar.

Jorge Meré renovó al inicio de esta temporada hasta 2020, con una cláusula de rescisión de 30 millones de euros en Primera y de quince en Segunda. Fue una negociación dura, en la que las posturas comenzaron muy enfrentadas y los dos bandos tuvieron que hacer concesión. El agente del futbolista logró deslizar una cláusula por la que, en caso de descenso, el club estaría obligado a aceptar la cesión del futbolista a un club de Primera División. A cambio, eso sí, el contrato del futbolista sería ampliado de forma automática en una temporada más. Esta cláusula, como otras que se manejan, tiene un periodo limitado de vigencia. Habrá tiempo también para pensar en los fichajes.