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El análisis de la plantilla | Mariño

El llamado a heredar la portería del Sporting

El guardameta gallego aprovechó los duelos ante el Granada y el Madrid para mostrar su potencial

Mariño. J. J.

Diego Mariño (Vigo, 9-5-1990) está llamado a liderar la portería del Sporting en el proyecto del ascenso. El meta gallego ha vivido a la sombra de Cuéllar en su primera campaña en Gijón. Un duro competidor que este verano podría poner fin a su etapa en el club rojiblanco dejando en sus manos la tarea de devolver al equipo a la máxima categoría del fútbol español. Le sobran tablas y atributos. Mariño, con sobrada experiencia en Primera y Segunda División, ya lo reivindicó en sus dos apariciones ligueras esta campaña, ante Granada y Real Madrid.

Tuvo que esperar hasta la jornada número 13 para hacer su debut oficial en el Sporting. Diego Mariño disputó sus primeros minutos como rojiblanco en la visita al Bernabeu. Un escenario complicado para el que se le abrió la posibilidad de ser titular debido a que Cuéllar causó baja para ese partido por unas molestias musculares. El Sporting no pudo dar la sorpresa, ya que cayó por 2-1, pero plantó cara al futuro campeón y estuvo cerca de puntuar. Entre otras cosas, por la actuación de un sobrio Mariño.

Al vigués le volvió a tocar esperar en el banquillo a pesar de su buen papel ante los blancos. Pudo desquitarse en la Copa del Rey. Lo hizo en lo referente a volver a participar, porque el flojo nivel del Sporting ante el Eibar apenas le dio opción a lucirse. Ni en la ida, ni mucho menos en la vuelta, en la que los gijoneses ya recibieron un gol a los pocos segundos de iniciarse el encuentro. Las mejores sensaciones de Mariño en toda la temporada llegaron, probablemente, en el segundo y último encuentro liguero en el que tomó parte.

El Sporting recibió al Granada en la jornada número 28 con la obligación de ganar para mantener vivas las esperanzas de alcanzar la permanencia en Primera División. Un partido crucial para el que Mariño debía olvidarse de la inactividad y volver a enfundarse los guantes. La baja de Cuéllar, en este caso, llegó por sanción. El triunfo de los gijoneses subrayó un poco más el papel del portero gallego, que acreditó una habilidad añadida a la esperada en un portero: su buen manejo del balón con los pies. No fue suficiente para que Abelardo y Rubi, que le tuvo en el Levante, apostaran por él en lugar de Cuéllar. En todo caso, dio razones para asumir ya la herencia de la portería del Sporting.

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