El fútbol base vuelve a ser protagonista de escenas impropias de los valores que cultiva el deporte. Una niña de doce años ha sido la última en sufrirlo. Carla Moolenar, jugadora del Alcázar, se encontraba el pasado fin de semana disputando un torneo internacional en Ribadeo con la selección femenina asturiana. Uno de los partidos, el disputado ante el Tropezón, se resolvió desde el punto de penalti. Carla, que juega de portera y el año que viene se incorporará a las filas del Sporting, detuvo dos penas máximas y se erigió como la gran protagonista del triunfo del combinado astur. Hasta ahí, todo normal. Lo triste llegó después, cuando la organización recibió una denuncia del entrenador rival, decidido a impugnar el resultado. ¿La causa?: que Carla era un niño.

La madre de Carla, Asunción Torre, se hizo eco de esta esperpéntica situación a través de las redes sociales. Ella misma cuenta cómo se sucedieron los hechos:

Asunción Torre, que ha recibido muchos gestos de apoyo a raíz del incidente, también aprovechó la redes sociales para agradecer el cariño: