El Sporting B intentará dar este domingo el último paso de su camino de regreso a Segunda División B. Los rojiblancos reciben al Beasain en el partido de vuelta de la eliminatoria definitiva, en el que defiende el valioso empate a dos arrancado en el municipal de Loinaz. "Supimos sacar un buen resultado, que era lo importante", resume Alberto Cayarga, uno de los talentosos atacantes del filial rojiblanco.

José Alberto López es un hombre bien avisado y sabe que no se puede vender la piel del conjunto vasco, que será peligroso como visitante en Mareo. Se espera un partido muy diferente al de Beasain. Cayarga remarca el importante esfuerzo que requirió aquel choque. "Salí al descanso, pero fue como si lo hubiera jugado entero, porque el partido requería mucha atención y mucha concentración y acabamos todos muy cansados", señala.

En Mareo, con un césped perfecto y un campo de dimensiones amplias, el Sporting B quiere plantear un partido muy diferente: "Esperamos que no sea de tanta disputa, que llevemos nosotros el peso del partido y la posesión del balón y tengamos nosotros las ocasiones más claras". El terreno de juego influye en los partidos, pero no es determinante como matiza el propio jugador rojiblanco al rememorar que "fuimos a Almería y en un campo en mejores condiciones no sacamos un buen resultado".

En Loinaz sucedió todo lo contrario. En un campo estrecho y con un césped en muy mal estado, el Sporting B fue capaz de competir incluso en inferioridad numérica. "Ya sabíamos dónde íbamos, sabíamos que el campo estaba mal, adaptamos nuestro sistema de juego y supimos sacar un buen resultado", explica.

La suya es también una historia de revancha. Cayarga, que la temporada pasada militaba en el Langreo, no pudo superar la fase de ascenso y ahora confía en sacarse la espina con el filial rojiblanco: "Fue un resultado parecido, nos tocó el Haro en segunda ronda y allí empatamos a uno y pensamos que lo teníamos superado, pero en casa empatamos a dos y nos quedamos fuera de la última ronda".

El partido del Loinaz tuvo un espectador de excepción y supuso el primer acto de Paco Herrera como entrenador del Sporting, un detalle que no pasó inadvertido a los guajes del filial: "Es un aliciente para todos los jugadores que estamos en el filial, que nada más llegar al club haga un viaje bastante largo para venir a vernos a nosotros".