Ana Valles Camisella (Gijón, 15-8-1997) ejerce de ejemplo para muchas niñas que desafían los clichés para cumplir su sueño de jugar al fútbol. Guardameta del Rayo Vallecano, conjunto de Primera División, ayer compartió su experiencia con el sexo contrario, los niños que forman parte del Campus de Mareo y los que, en el futuro, tienen también la capacidad de erradicar el sexismo en este deporte.
- ¿Echa de menos tener en esta jornada alguna jugadora?
-Siempre se echan en falta más chicas porteras, pero la semana pasada ya estuvieron bastantes en el Campus de Mareo, fue una apuesta importante del club la de abrir una semana para ellas.
- ¿Ya le esperan en Madrid?
-En breve. Hay ganas ya. El equipo está muy ilusionado. Empezamos la pretemporada a final de mes. El inicio de Liga será la primera o la segunda semana de septiembre.
- ¿Cómo es el Rayo femenino del que forma parte?
-Es un grupo joven, con una media de edad de unos 22 años, y también con alguna jugadora más veterana, como Natalia de Pablos. El año pasado nos daban por descendidas y nos metimos en Copa de la Reina. Ahora la idea es mantener ese bloque e ir dando pasos, a ver si ya nos podemos meter entre los equipos que están más arriba.
- ¿Cómo le están yendo las cosas en lo personal?
-Tengo una portera veterana por delante, Alicia. La admiro. Éste va a ser mi tercer año en Primera División y, poco a poco, voy sumando más partidos. Estoy contenta. El entrenador cada vez está apostando más por mí. En esta última campaña participé en partidos importantes.
- ¿Se puede vivir del fútbol?
-Con la entrada de patrocinios se han dado pasos, diría que de gigante. El fútbol femenino se está profesionalizando, aunque hay muchas diferencias entre los equipos. Barcelona y Atlético de Madrid son profesionales, pero el Rayo, por ejemplo, todavía no. En mi caso, compatibilizo el fútbol con los estudios de Derecho (cursa tercero). Hay que tener una segunda vía de escape.
- LA NUEVA ESPAÑA se hizo eco de la carta de apoyo que usted dedicó a Carla, una niña víctima de sexismo en el fútbol base. ¿Cómo se acaban con casos como ése?
-La discriminación lleva existiendo desde el principio de los tiempos y ahora tiene más voz. Es algo que hay que cambiar, pero tampoco ensañarse con casos como ése u otros que me han pasado a mí. Hay que vivir con ello, desgraciadamente, pero hay que darle valor a lo verdaderamente importante: cada vez más niñas juegan al fútbol, o tienen presencia en campus como los que hace el Sporting. Yo animo a gente como Carla, a todas las niñas, para que sigan así.
- ¿Es un problema del fútbol o cultural?
-Un poco de todo. La historia del deporte en España refleja que la pasión por el fútbol masculino es muy grande, y eso hizo que el femenino no creciera. Así como en Estados Unidos, Alemania o Suiza es diferente, aquí hemos tardado un poco en darnos cuenta. En cuatro o cinco años cambiará para mejor.
- ¿Cómo valora el próximo europeo y la ausencia de Vero Boquete de la selección, que tanto ha dado que hablar?
-Es un grupo joven y el cambio de entrenador se nota, porque ha hecho "limpieza" de jugadoras. Puede parecer mejor o peor, pero es su criterio y siempre generará polémica que lleve a unas u otras futbolistas. En lo deportivo vamos a dar una alegría. Y digo vamos porque me siento comprometida totalmente como española. Habrá sorpresas.
- ¿Veremos en Mareo un equipo femenino en Primera?
-Ojalá. La apuesta cada vez va a más. Ojalá pueda además vestir esta camiseta en Primera División. Siempre lo he dicho. Creo que también hay un ultimátum en este aspecto, en el sentido de que el Sporting debe aprovechar ahora esta oportunidad de crecer también en lo femenino, porque hay muchos equipos apostando por ello. En tres o cuatro años puede resultar mucho más difícil hacerse un sitio en la máxima categoría. Tener un equipo de Asturias en Primera se necesita.
