El Sporting B no pudo empezar mejor la pretemporada. El equipo de José Alberto se despachó sin piedad del Candás de Regional Preferente (0-8). De ese encuentro, hubo un nombre propio. En media hora, Isma Cerro marcó cuatro goles y dio una asistencia. Una actuación que llama la atención. Al menos desde fuera, porque cuando el protagonista habla, la palabra "trabajo" es la más repetida en la conversación.

Sobre su papel, es explícito: "Fueron buenas sensaciones, pero es el primer partido de pretemporada. Sólo es un ensayo". Fue el primer paso de un camino que terminará con la vuelta a Segunda B después del ascenso. Pero una travesía con duros rivales y entre medias la primera fase de un título.

"La Copa Federación nos viene bien. Queremos llegar lejos. Jugar dos competiciones es positivo", detalla. La fortuna ha querido que en el grupo de los rojiblancos haya caído el Vetusta. Significa eso que habrá un miniderbi antes del choque más esperado de los últimos 14 años por el fútbol asturiano. "Jugar contra el Oviedo siempre es un extra de motivación. Será un partido vital y nos lo vamos a tomar muy en serio. Sin olvidar que estamos aún en pretemporada", afirma.

El delantero tiene claro el punto en que se encuentra el equipo. También el vestuario. "Aún no hemos hablado del objetivo del año, pero salvarnos es la principal meta", avanza. El bronce no es extraño para Cerro. El delantero ya estuvo en Segunda B con el Racing de Santander. "Hay rivales y estadios muy buenos. Mareo tiene que ser un fortín y fuera habrá que apretar el culo", comenta sin tapujos.

Paco Herrera está contando con varios jugadores del filial. Sin embargo, Isma Cerro no está entre ellos. Es un dato que no molesta al atacante. "Trabajo día a día. Formo parte del filial y estoy contento con mi papel. Seguiré trabajando en los entrenamientos y en los partidos para convencer a Herrera".

La distancia entre la élite y la cantera ahora es menor que el año pasado. No obstante, eso no despista al jugador. "Sí, ahora ya no hay tanta distancia. Pero si no das todo siempre, no te van a llamar", sentencia.

Al hablar con Cerro cuesta no acordarse de su final de temporada, cuando un golpe de calor le impidió disfrutar del ascenso. A sus 22 años se le ven destellos de madurez: "Lo que me pasó son cosas del fútbol. Lo importante es que el equipo subió y se vivió un partidazo en Mareo", sentencia.