Cada vez que en pretemporada, un equipo cosecha una derrota como la sufrida por el Sporting ante un rival de menor categoría, como era el Barakaldo, salen a relucir las típicas excusas para la ocasión: que si ahora el resultado es lo de menos, que si venimos de mucha carga de trabajo físico, que si se están probando distintas variantes de juego, que si el campo no estaba en buenas condiciones, que si el equipo contrario sale lógicamente más motivado, etc., etc., etc.

Ha hecho por ello bien el entrenador sportinguista en no tratar de poner paños calientes tras el partido y llamar a las cosas por su nombre. Admitió así sin tapujos que al equipo le faltó precisamente lo que en Segunda es fundamental tener, si se quiere tener opciones a pelear por estar arriba: oficio e intensidad. Dos ingredientes indispensables si se quiere formar un bloque con aspiraciones. "Bloque": esa fue la palabra utilizada por Paco Herrera, quien ha lanzado un aviso a navegantes; para poder contar y ser útil en este proyecto, no basta con salir a pasear la camiseta por el campo. Y este es un toque de atención muy serio, pero que no debe entenderse únicamente dirigido a los más jóvenes, sino que va también para algunos que ya en la temporada pasada, solían borrarse de los partidos con la misma facilidad que un dibujo sobre la arena, cuando por encima le pasa una ola.

Tampoco se ha escondido Herrera a la hora de reconocer que siguen siendo necesarios tres o cuatro refuerzos. Y lo dice cuando han transcurrido apenas dos semanas de pretemporada, pero sin duda es tiempo más que suficiente para que un entrenador con su experiencia, sea capaz de valorar lo que tiene y lo que le falta. Y le falta bastante, todo sea dicho.

Por tanto, si bien es cierto que en absoluto hay que pecar de alarmistas, tras un inesperado tropiezo en pretemporada (de la misma forma que no íbamos a ser campeones de liga por el 5-0 al Guijuelo), convendrá que esas demandas del mister sean satisfechas. Y a poder ser, mejor si es mañana que pasado. Aunque por supuesto, lo importante es acertar con lo que se traiga. Y ahí es ya competencia del nuevo director deportivo (al que algunos han bautizado cariñosamente como 'Little Tower'), quien en honor a la verdad, hasta la fecha ha demostrado llevar todas las negociaciones (tanto salidas como entradas) con la máxima discreción y sangre fría.

Y del mismo modo que no sirven las excusas referidas anteriormente, para disculpar el horrible partido del Sporting, tampoco sirve ya la excusa de que no hay dinero suficiente para esos tres o cuatro fichajes que solicita Herrera. Porque si se dijo que una parte importante del dinero recibido por el fondo de compensación, destinado a los equipos que descienden de Primera, iría destinada a poner a cero la deuda pendiente, se supone entonces que los 9 millones de euros ingresados por Meré, podrían ser íntegramente destinados a refuerzos. Si se quisiera, claro está. ¿O es que no va a ser así? Resulta lógica la desconfianza del fiel seguidor sportinguista tras 25 años de mentiras y medias verdades.

Queda menos de una semana para que finalice el plazo de renovación de los abonos y partidos como el de Barakaldo, a pesar de tener el valor real que tienen, no dejan de sembrar dudas en el sportinguismo y no ayudan en absoluto a que esa campaña de renovaciones, sea el éxito que algunos se auguraban al inicio de la misma. Quizás en estos últimos días, alguna nueva presentación pudiera ayudar a darle un empujón. En 'Little Tower we trust', o lo que es lo mismo: en Torrecilla confiamos.

Post Scriptum: ¿qué grado de respuesta (compras, se entiende) está mostrando la afición rojiblanca en relación a las nuevas indumentarias y muy especialmente, con la segunda?