"Han pasado catorce años desde que entré por primera vez por las puertas de Mareo, con un sueño: llegar a jugar con el primer equipo". Así comienza la carta con la que Álvaro Bustos se ha despedido del Sporting a través de las redes sociales. El gijonés se marcha al Nástic de Tarragona sin la oportunidad de redondear el deseo de aquel guaje al que tampoco le ayudó el infortunio de dos graves lesiones de rodilla. El canterano, sin embargo, asegura que se lleva el orgullo de haberse formado como futbolista y persona en el club rojiblanco, además de haber recibido el aliento del sportinguismo.