"Me acababa de hacer cargo de la escuela de iniciación del Marino. Eran todos críos de cuatro años con los que trabajábamos, sobre todo, la coordinación. Uno de ellos, una ratilla, llamaba la atención. Era capaz de coger el balón, regatear a los ocho compañeros y meter gol". Juan Carlos Rodríguez, "Sardín" en el mundo del fútbol, recuerda así los inicios de Ignacio Méndez-Navia Fernández, al que todo el sportinguismo conoce ya como Nacho Méndez. El luanquín es, a sus 19 años, una de las sensaciones de la pretemporada rojiblanca. A un paso de quedarse en el primer equipo, los que le conocen dicen que calidad nunca le faltó y si algo le sobró fue temperamento.

"Era un polvorín ya de pequeñín", señala "Sardín", ojeador del Real Madrid en Asturias además del primer entrenador de Nacho Méndez en las filas del Marino. Él siempre le insistió en corregir un genio que le llevaba a discutir con los árbitros "hasta de chiquitín". "Ha cambiado, sabe que eso sólo le puede perjudicar", afirma.

"Los detalles técnicos que tenía le hacían destacar por encima de los de su edad", comenta Víctor Holguera, que se lo llevó al Roces cuando el luanquín estaba todavía en edad benjamín. "Con nosotros jugó de mediocentro y de enganche. Tenía una tranquilidad tremenda con el balón, parecía que lo metía en un saco. Y en la izquierda, un guante. Sabía que nos iba a durar poco", comenta el ahora coordinador del Industrial. Y efectivamente, al poco el Sporting se lo llevó para reforzar al infantil B.

José Alberto López, ahora entrenador del Sporting B, fue su primer técnico en Mareo. "Siempre tuvo mucha calidad y también mucho carácter. Ya recibía entonces tarjetas por su temperamento", reconoce José Alberto, que le ha dirigido en cinco campañas a lo largo de su formación en la cantera rojiblanca. "Ha madurado, reconducido sus impulsos e incrementado su capacidad para interpretar el juego. Si se queda en el primer equipo será una gran noticia", asegura del joven mediocentro. Nacho Méndez es también el mayor de los tres hijos del matrimonio formado por Fernando y Natalia (Javi es el mediano y Cristina, la pequeña). De su padre, gran futbolero, heredó la pasión al balón y de su de madre, atleta, el valor del deporte. Paco Herrera ha sido el último al que ha cautivado. El entrenador del Sporting reconoció tras su buen partido ante la Ponferradina que se está ganando un sitio en el primer equipo. Nacho Méndez acaricia el sueño que dio paso al primero de aquellos ocho regates.