El Sporting afrontó su penúltimo encuentro de pretemporada. Enfrente, el Racing de Santander. En Luanco, Paco Herrera se anduvo con pocas probaturas. Quintero, a falta de los fichajes que están al caer, fue el único nombre propio que tendrá más difícil ser titular en liga. En la línea del verano, la idea sportinguista fue mover el balón. En los primeros instantes, la escuadra cántabra aguantó sin demasiadas concesiones. Aunque como en el resto de compromisos de preparación, al equipo le siguieron faltando ideas para trasladar el dominio en el centro del campo a zonas de más peligro para el rival.

La primera ocasión se hizo esperar. Una apertura sobre la izquierda de Álex Bergantiños la recogió Rubén García. Buscó el centro, después de controlar, pero el lateral racinguista lo repelió. El rechace fue para el exgranota, que la volvió a colgar. En el segundo palo, no pudo llegar Carlos Castro. Eso sería de lo poco que tuvieron los asturianos en ataque. Por su parte, el Racing tampoco se prodigó en ataque en los primeros cuarenta y cinco minutos. Un remate en una jugada confusa en el área lo atrapó Mariño sin demasiado trabajo.

El encuentro siguió este devenir hasta el descanso. El Sporting trató de seguir dominando. Pero los visitantes no se rompían. Aguantaban los verdes los movimientos con la bola de los de Paco Herrera. Y así se pasaron los minutos. Tras el intermedio, los dos equipos comenzaron los típicos cambios de un encuentro de agosto. Babín entró en el centro de la defensa. El duelo llevaba los mismos derroteros, también tras el paso por vestuarios. Hasta que en el área gijonesa se produjo la acción que dio ventaja al Racing. A Lillo se le escapa uno de los atacantes por velocidad y lo derriba. La pena máxima la transformó Hebert, que engañó a Whalley.

Trató de ponerle casta la entidad rojiblanca. Fue en el minuto 60 cuando Rubén García se fabricó, con muchos trompicones una buena jugada en el área. Tras no serle capaz la defensa de robarle el cuero, el centrocampista trató de buscar el empate. El resultado fue un córner que aumentó la escalada de intensidad de las ocasiones gijonesas. Raúl Domínguez se estiró y sacó una mano casi imposible para sacar el remate de Nacho Méndez tras el tiro de esquina. Esa oportunidad espoleó al Sporting. Pedro Díaz se animó desde lejos. Le faltaron pocos milímetros para firmar uno de los goles del verano.

Pero el gol de la igualada llegó también desde los once metros. Pedro Díaz le pegó duro al balón, que impactó en la mano de uno de los zagueros del Racing. El árbitro no dudó en señalar el punto de penalti. Y con la misma decisión que el colegiado para pitarlo, Borja Viguera marcó su tercer gol en pretemporada. A partir de ahí, se le vieron ganas a los de Paco Herrera. El propio riojano buscó el balón de las redes, como si fuera un partido de competición.

A falta de un minuto, los locales volvieron a tener una buena oportunidad. Nacho Méndez, desde fuera, trató de buscar el palo contrario del portero. El intento se fue por muy poco. Por contra, el Racing, también desde lejos, puso a prueba a Whalley que tuvo que estirarse para atajar. Al final, empate en Luanco entre un Sporting que sigue en la misma línea. Tiene las intenciones de jugar y dominar, pero sigue sin mostrar una imagen convincente.