El descanso llegó en medio de un ambiente depresivo. Herrera cambió todo el equipo, con la excepción de Rubén, y distribuyó a sus hombres en un 4-1-4-1, con Nacho Méndez y Pedro Díaz por delante de Cristian Salvador. Los guajes abrieron una ventaja al aire fresco por la que se coló algo de fútbol. Fueron, de nuevo, lo más potable del equipo, pero los falló el acompañamiento. Todas las ocasiones del segundo tiempo tuvieron como protagonistas a Nacho Méndez y Pedro Díaz, una pareja llamada a dar muchas alegrías a este club.

Cuando parecía que escampaba se arrancó Héber, el jugador más dotado de los cántabros, y encaró a Lillo montado en un par de bicicletas. La jugada terminó con el extremo por el suelo, el balón en la banda, el árbitro señalando el penalti y Lillo protestando a mano alzada. El propio Héber hizo los honores y adelantó al Racing, disparando los nervios entre la parroquia rojiblanca.

El Sporting aprovechó el cansancio de un Racing que apenas hizo cambios, para dar un paso al frente. Un cabezazo de Nacho Méndez y un zurdazo de Pedro Díaz hicieron despertar a Raúl Domínguez. Otra combinación de ambos terminó con un nuevo disparo con la zurda del centrocampista de La Fresneda. Borja Granero, reconvertido a central, interceptó con el brazo y de nuevo el balón se fue el punto de penalti. Ejecutó Viguera con precisión.

El Sporting siguió buscando la victoria sin cambiar el guión ni los protagonistas. Una acción de Nacho Méndez, que se giró en el vértice del área y dibujó una parábola con la derecha, pudo suponer la victoria. El balón acarició la cepa izquierda de la portería cántabra. La última del partido la tuvo el mayor de los Aquino con un cabezazo sobre el pitido final que blocó Whalley abajo.

El empate deja más contento al Racing que al Sporting. Los cántabros también se van más satisfechos con su juego, mientras que los rojiblancos rescatan los fantasmas del pasado. A diez días de la visita al Alcorcón, al Sporting se le han encendido las alarmas de la falta de fútbol. Es cierto que el equipo está bien armado y que apenas sufre en defensa, pero para estar arriba hace falta un plus de juego. Herrera ha diagnosticado el mal del equipo. Habrá que ver si tiene la medicina.