Fue, por encima de todos, el fichaje sorpresa de Miguel Torrecilla. A Michael Nicolás Santos Rosadilla (Montevideo, Uruguay, 13-3-93) se le temía como enemigo en ciernes y se le acogió como un refuerzo de lujo. El atacante cedido por el Málaga ha caído de pie en Gijón, donde entusiasma su entrega, su carácter y su facilidad para el gol. Atiende amable a LA NUEVA ESPAÑA en su primera gran entrevista como rojiblanco y confiesa que le encanta Asturias, su clima, la afición del Sporting y la sidra. Posa escanciando un culín y sella el compromiso de celebrar de esta forma alguno de sus próximos goles.
- Antes de nada, se escribe Michael y ¿se pronuncia?
-Se pronuncia Maikol (transcripción fonética).
- ¿Por qué le llaman Pelo?
-Eso viene de chico, de mis quince años, cuando estaba en los juveniles del River de Uruguay. Fui con una melena medio larguita e iba teñido de rubio por atrás.
- ¿Cómo se encuentra en Gijón?
-Muy bien, me adapté rápido a la ciudad y a los compañeros, que lo pusieron todo a disposición para que me sienta cómodo con ellos. El clima es parecido al de Uruguay, me encanta. Así las cosas fueron saliendo bien.
- ¿Subirá el Sporting?
-Bueno, la categoría es difícil, pero tenemos nuestras armas para ir partido a partido. Muchas veces no se quieren decir los objetivos, pero aquí está claro que nuestro objetivo es subir a Primera.
- Muchos futbolistas de ataque en este equipo ensalzan la seguridad defensiva por encima de todo.
-Sí, la presión empieza por arriba, por el trabajo de los delanteros, que son dos defensas más. Tenemos sólo un gol en contra y la solidez defensiva nos da la tranquilidad de saber que si mantenemos la portería a cero, los de arriba podemos desequilibrar.
- ¿Es el Sporting un equipo fuerte en las dos áreas?
-Sí, la contundencia que tenemos, de llegar y marcar, es un factor importante.
- ¿Qué importancia le da al buen inicio del equipo?
-Somos favoritos porque la gente lo dice, porque fichamos bien, pero en el campo son once contra once y gana el que hace más goles. Hemos arrancado con buen pie, estamos haciendo goles y por eso la gente nos da como favoritos.
- ¿Le costó dar el paso de bajar a Segunda?
-No. El fútbol es medio parecido. Incluso me han dicho que es más jodido jugar en Segunda que en Primera, porque es más aguerrido, más de disputa que de técnica. Me siento cómodo y estoy contento acá.
- Usted es uno de los fichajes estrella en Segunda, ¿por qué al Sporting?
-Tenía varias ofertas y estaba esperando alguna propuesta de Primera, pero tardaron demasiado. Mi representante y yo elegimos el Sporting por la ciudad, por el club, que es un histórico, y hablando con Luis Hernández y con Jony me dijeron que la afición era muy buena, que estaba siempre con el equipo, en las buenas y en las malas.
- ¿Cómo le convenció Torrecilla?
-Me dijo que su hermano y él me vienen siguiendo ya desde hace mucho tiempo, desde que estaba en River, que le gusta la polivalencia que tengo que me permite jugar por todo el frente del ataque y que iba a ser un jugador importante para la plantilla y para la gente. Que dándolo todo como lo doy siempre iba a ser muy querido en este club.
- ¿Tiene el Sporting una opción de compra?
-De eso no tengo ni idea.
- ¿Con qué objetivo aterriza en el Sporting?
-Yo vine a Gijón para terminar de adaptarme al fútbol español, que creo que ya lo estoy, y para ascender a este club, que no se merece estar en Segunda, que tiene las armas suficientes y la prioridad de subir a Primera.
- ¿Se pone algún reto personal de goles?
-Me lo guardo para mí. Sí, tengo una cifra en la cabeza, pero no quiero decirla.
- En Segunda le quisieron todos los equipos fuertes, el hecho de que escogiera al Sporting ¿habla bien de este proyecto?
-Sí. La idea del Sporting era la de traer refuerzos para poder ascender y vimos que está era una buena opción para desarrollar mi fútbol, que se basa en el tema de velocidad, de garra, de ir constantemente y no dar una pelota por perdida. Creo que era un club que también necesitaba eso, que viniera un jugador que sienta la camiseta, aunque todos la sientan en realidad. Un jugador de ir constantemente arriba y de tratar de ganar todos los partidos, en casa y fuera.
- En Gijón, ha empezado usted fuerte?
-Esa era la idea, venir a colaborar con los compañeros y con el cuerpo técnico, con goles o dejando todo y asistiendo a mis compañeros.
- Ya lleva usted un tiempo en Gijón, ¿se confirmaron los informes que le habían dado?
-Me ha sorprendido la afición, aunque me habían avisado. A pesar de que estamos en Segunda, hay 24.000 abonados, más de 27.000 personas en el campo, que fue algo impresionante. Los rivales sienten esa presión en El Molinón, es impresionante. Se me ponía la piel de gallina al ver cómo ruge y muy pocas veces me han hecho sentir así.
- ¿Cómo vivió el recibimiento al autocar?
-Impresionante. Como muchos dicen, acá está loca la gente, pero a mí me gusta eso. La hinchada es muy parecida a Uruguay, donde cantan y aprietan. Una lástima que se rompió el vidrio, pero el calor se sintió.
- ¿Qué pasó en Málaga?
-Llegué de un fútbol que no se parece en nada a éste, se juega con la hierba más alta, la pelota corre menos y fue un tema de que me tenía que adaptar. No tuve tantos minutos como esperaba.
- ¿Pesó mucho la presión de ser un fichaje caro?
-El jugador de fútbol siempre tiene que convivir con la presión. En este caso, fueron muy exigentes conmigo, aunque tampoco le echo la culpa a eso. Cuando tuve oportunidades marqué goles.
- Fue Torrecilla quien siempre le vio como una alternativa para la izquierda.
-Sí, Torrecilla había visto que soy un jugador polivalente, que me puedo adaptar a cualquier posición arriba y por suerte lo estoy haciendo de la mejor manera.
- ¿Qué le pide Herrera?
-Paco me pide que colabore en defensa y que corra a los espacios para que me habiliten en velocidad porque así puedo hacer daño a los defensas.
