A falta de emociones mayores, el acontecimiento del día fue el 68.º cumpleaños de Quini, el más grande futbolista en la historia del Sporting. Bastó que el speaker de El Molinón, Borja Blanco, felicitase al Brujo para el campo bramase a voz en grito su cántico preferido: ahora Quini, ahora y Quini fue obligado a saludar. Más tarde, en el minuto 68, el campo volvió a girarse hacia al palco para cantarle al Brujo el cumpleaños feliz. Antes, Quini fue agasajado por todos los actores del encuentro. Javier Jaén, jefe de prensa del Lorca, le entregó una camiseta firmada por todos sus futbolistas. Vicandi Garrigo y Mejuto González le regalaron sendas tarjetas dedicadas por el equipo arbitral. El Sporting sólo pudo dedicarle una sosa victoria. También el Lorca recibió un presente por su primera visita a El Molinón. El capitán recibió una foto histórica del campo.

El entusiasmo con que los veinte mil asistentes al choque recibieron al equipo duró poco. La ansiedad fue adueñándose de la grada que dedicó algunos pitos durante el partido y al final.