Gijonés e hijo de leoneses, Alberto Flecha Álvarez llevaba toda su vida esperando a que sus dos equipos favoritos se mirasen a la cara. El descenso del Sporting y el histórico ascenso de la Cultural lo hizo posible. Para colmo, el calendario situaba la visita al Antonio Amilivia muy cerca del puente del 12 de octubre. "Era un desplazamiento marcado en rojo, con el que contaba mucha gente", explica este gijonés que tenía la fecha subrayada desde que se conoció el orden de los partidos. Hasta que llegó la Liga para congelar sus ilusiones y encender su rabia, junto con la de miles de aficionados rojiblancos y todo el sector hostelero de León. El partido fue fijado para el martes a las 21 horas, el peor horario posible.

Lejos de resignarse, Alberto Flecha escogió rebelarse contra el poder dominante y dio un paso al frente para intentar cambiar las cosas. Inició una iniciativa de recogida de firmas a través de la plataforma digital charge.org para tratar de cambiar el horario del encuentro. No parece probable que la Liga, que no fue sensible inicialmente, vaya a serlo ahora, por más que Alberto Flecha acredite ya 1.700 firmas recogidas.

"Quería dar notoriedad al malestar de la afición y a la impotencia por el horario del partido, que perjudica nuestros intereses", explica. Flecha ha sido durante años abonado del Sporting, aunque este año no lo es. Sigue simpatizando con el club rojiblanco, pero es socio de la peña "Cruzando el Negrón", que la Cultural tiene en Gijón, que se creó recientemente y cuenta con 33 socios. "Iba a ser nuestro primer desplazamiento. Lo vamos a hacer igual, pero de ir sesenta pasamos a ir quince y a volver en el día", lamenta.

Este aficionado no entiende la política de la Liga al fijar los horarios y considera que "lo más normal sería dar facilidades a la afición para acompañar al equipo". Sus razones son de peso, ya que apunta que "mucha gente tenía planeado ir a León y por culpa del horario vieron truncados sus planes, algunos con pérdidas económicas, por no hablar de la hostelería".

Flecha no se engaña y asume que la suya es una lucha estéril porque "la verdad es que no veo muchas posibilidades de conseguir el cambio de horario". Aún así no desiste y apunta que "se trata de hacer un poco de ruido". Su conclusión final es que "la Liga debería escuchar más al aficionado, que no está aquí sólo para pagar los abonos, si no que es una parte importante del fútbol".