Viaja el Sporting a León en lo que será su desplazamiento más cómodo de la temporada en lo que a distancia se refiere; si exceptuamos lógicamente la visita a Oviedo, que de cómoda tendrá a buen seguro bien poco. Le acompañarán a la capital leonesa un nutridísimo número de aficionados rojiblancos. Y lo harán a pesar del día y de la hora, pues como cantaba Simón Díaz en Caballo Viejo, "quererse no tiene horario, ni fecha en el calendario, cuando las ganas se juntan".

De ahí que tras las últimas decepciones sufridas lejos de El Molinón, el Sporting tenga ante sí una muy buena oportunidad para sintiéndose un poco como en casa, cruzar de vuelta El Negrón con una nueva victoria en su haber, que sirva además para romper esa racha tan negativa a domicilio. Y no sólo en lo que a resultados se refiere.

En el Reino de León se verán las caras dos equipos distanciados ahora mismo en la clasificación por sólo dos puntos. Esa misma clasificación a la que recurre el sportinguismo que quiere ver siempre la botella medio llena y que muestra al equipo de Herrera en una privilegiada tercera posición, con los mismos puntos que el Numancia, que es segundo, y a un solo punto del Osasuna, que es líder. Soria y Pamplona, ¿recuerdan? Como para olvidarlo.

Claro que siguiendo con la clasificación en la mano, también aquellos que se empeñan en ver la botella medio vacía, podrían decir que de las cuatro victorias que el Sporting acumula en estas primeras ocho jornadas disputadas, tres han sido contra equipos que ahora mismo ocupan posiciones de descenso.

Por ello, quizás llegados a este punto, lo mejor sea olvidarse de la clasificación y centrarse única y exclusivamente en ganar todos y cada uno de los partidos. O como mínimo, no perderlos. El primero el de este martes ante la Cultural y Deportiva Leonesa, conocida por todos cariñosamente como ´La Cultu´. Un conjunto que ha vuelto a la Segunda División después de nada menos que 42 años fuera de ella. Y que hasta la fecha, salvo por la goleada encajada en su estadio en su particular derbi frente al Valladolid, no lo está haciendo nada mal en su regreso a la categoría de plata. Será así un rival cualquier cosa menos cariñoso con los nuestros. Más allá de las simpatías que el Sporting haya siempre despertado en León. Empezando por las de su mismísimo alcalde, confeso sportinguista.

Pero sin ánimo de ofender a nadie y conscientes de que en el fútbol no se gana a nadie sin bajarte del autocar, ´La Cultu´ no es ni el Numancia ni el Osasuna. Por lo que con independencia de las rotaciones que pueda tener en mente Herrera, en esta semana con tres partidos, el once que el Sporting disponga sobre el césped tiene que demostrar que es superior al conjunto entrenado por el desconocido para muchos Rubén de la Barrera; un joven de 32 años del que hablan maravillas y que curiosamente empezó su carrera en el Atlético Arteixo. ¿Les suena este nombre?

Para demostrar esa superioridad no hay otro camino que emplearse con la máxima actitud y la máxima concentración, desde el primer instante y hasta que el árbitro señale la finalización del partido. Y por supuesto, de disponer de alguna pena máxima, que no tenga que saltar El Brujo a lanzarla.

Post Scriptum: ¿cuántas diferencias se podrían encontrar entre Mareo y la Aspire Academy, una de las más prestigiosas academias de fútbol en el mundo y actual propietaria de la Cultural y Deportiva Leonesa? ¿Más o menos de las clásicas siete de los pasatiempos?