La segunda victoria del Sporting fue un paso atrás. No en la clasificación, pero sí en el tiempo. Tras los excesos improductivos de las últimas semanas, se ha restablecido el orden aquel de los primeros partidos, en los que Mariño tenía un papel secundario y el equipo apenas sufría rasguños. Tras dar algunos tumbos erráticos en los que el equipo perdió su identidad, Herrera ha vuelto al punto de partida, consciente de que la fórmula del éxito pasa por el control.

Herrera pone orden. El técnico encontró ese orden donde menos lo esperaba. El doble pivote formado por Sergio y Álex Bergantiños abriga a todo el equipo. Es verdad que el fútbol se resiente, pero los resultados son temerosos y prefieren la seguridad que ahora brindan los rojiblancos. Como en los buenos tiempos, Mariño pasó de puntillas por el Reino de León y ésta es la gran noticia para el equipo. Ante uno de los rivales con mayor vocación ofensiva de la categoría, el Sporting se recogió bien y apenas sufrió. Como la pólvora se mantiene intacta, bastó con que los rojiblancos se desmelenasen un minuto para decidir el choque.

El efecto Moi Gómez. Al alicantino se le esperaba en el equipo titular, como se espera siempre a un futbolista de su calidad. Moi vio desde el banquillo cómo se desgastaba la Cultural, asfixiada por la intensa presión rojiblanca. Cuando Canella dijo basta, Isma López dio un paso atrás y el Sporting dio pasos adelante con la entrada de Moi Gómez. El alicantino fue decisivo en las dos acciones clave del encuentro. Primero ejecutó la falta del primer gol con su guante izquierdo para que Sergio remachase sobre la línea. En el segundo, filtró un pase que dejó a Rubén García en boca de gol. La gloria la rebañó Bergantiños, todo fe, tras el rechace del portero y el error del central.

La semana fantástica de Ángel Rodríguez. Uno de los puntos fuertes del Sporting esta temporada son las acciones de estrategia. Tanto ante el Sevilla Atlético como ayer en León, el Sporting rentabiliza cada balón parado. Son puntos que engordan la estadística y que aligeran la mochila de los futbolistas. Por eso no es raro que haya abrazos al segundo entrenador cada vez que una de estas acciones termina en la red de la portería rival, como empieza ya a ser una saludable costumbre.

Al Sporting le cortan las alas. De entrada lo hizo Paco Herrera, que sigue confiando toda la banda a sus laterales. En la derecha, Carmona volvió a jugar teóricamente por fuera, pero dejando el carril libre. Por la izquierda sorprendió con los dos laterales. Las alas no se había desplegado completamente cuando fueron recortadas de la peor manera. Las lesiones sacaron del partido a Lora (a los cuatro minutos) y a Canella (al filo del descanso). Un problema añadido para Herrera, que se vio forzado a hacer dos cambios antes del descanso. Lora recibió un golpe en los isquiotibiales izquierdo, donde había estado lesionado en las últimas semanas. Canella tiene una elongación en los isquiotibiales izquierdos. Ambos serán sometidos hoy a pruebas radiológicas.