Llegaba el Sporting al Reino de León herido en su orgullo, tras las críticas recibidas por su juego en las últimas victorias logradas en El Molinón frente a Lorca y Sevilla Atlético, pero sobre todo por las dolorosísimas derrotas fuera de su feudo en Soria y Pamplona.

Lo hacía acompañado de una Mareona que superó con creces el millar y medio de aficionados en una muestra más de su inquebrantable fidelidad y fe hacia el equipo de sus amores. No estaría por ello de más, algún gesto por parte del club que no sean simples palabras de agradecimiento.

Su rival, la Cultura y Deportiva Leonesa, un equipo que a pesar de su condición de recién ascendido hasta la fecha no había sido doblegado en su estadio, estaba dispuesto a aguarle la fiesta a los bulliciosos aficionados sportinguistas.

Se presentaba sobre el papel por tanto un partido de pronóstico incierto, tal y como además señalaban las casas de apuestas antes del pitido inicial; y el desarrollo de los primeros cuarenta y cinco minutos, no hicieron sino confirmar esa igualdad.

Fue una primera parte donde el Sporting por momentos se dejó dominar, sintiéndose seguro en labores defensivas, con Sergio y Bergantiños de nuevo formando pareja en el centro del campo. La Cultural por su parte, a pesar de sus intentos por acercarse con peligro a la portería defendida por Mariño, apenas consiguió inquietarle con un disparo que se fue rozando el larguero. Fue su mejor ocasión y prácticamente la única que se vio antes de que el árbitro señalara el camino de los vestuarios.

A pesar del hándicap que suponía el tener que afrontar la segunda parte con dos cambios ya agotados por las lesiones de Lora (recién iniciado el partido) y de Canella (en los instantes finales del primer periodo), el Sporting no se echó atrás, sino que supo mantener a ´La Cultu´ en zonas donde su mayor posesión de balón resultaba intrascendente.

Y como ese animal herido, agazapado a la espera de su oportunidad, ésta se presentó en una nueva jugada a balón parado, tal y como ocurriera en el segundo gol del pasado sábado. Y de nuevo también fue Sergio (el único canterano por cierto en ese momento sobre el campo) quien apareció como de la nada, en una falta lateral botada por Moi, para empujar con su rodilla el balón a la red. Segundo gol para Sergio en dos jornadas consecutivas, lo que demuestra por un lado la capacidad del avilesino para moverse en este tipo de jugadas ensayadas y por otro lado, algo que por no de sobra conocido debe obviarse: la importancia en Segunda División de las jugadas de estrategia.

Casi sin tiempo para la reacción, un buen pase de Moi a Rubén García, hizo que este se plantara solo ante el portero local, quien respondió con una gran intervención, dejando sin embargo un balón muerto que ante la indecisión defensiva, Bergantiños aprovecha para meter el pie con decisión, lo que provoca una especie de rebote que se va directo entre los tres palos. Cero a dos en poco más de un minuto y partido visto para sentencia.

A partir de ese momento poco que señalar. La Cultural se mostró nerviosa, tirando más de corazón de cabeza. El Sporting por su parte, pudo aumentar su renta de haber estado más atinado en alguna de las contras que disfrutó.

Un partido en definitiva que no pasará a los anales de la historia por su juego, aunque sí tuvo su momento histórico con Quini y Puente, compartiendo el saque de honor en los prolegómenos del encuentro.

El liderato provisional con el que el Sporting atravesó El Negrón de vuelta a Asturias, siguen dando la razón a quienes defienden que en el fútbol, pero muy especialmente en Segunda, lo importante son los números y los resultados.

Esos números que dicen que el equipo de Herrera con el de ayer, acumula en nueve jornadas, seis partidos manteniendo su portería a cero. Y que en las tres ocasiones donde no lo logró, en dos de ellas cayó derrotado. Parece claro por tanto el camino a seguir.

En una semana de locos con tres partidos en seis días, de momento el Sporting se ha asegurado seis puntos. El viernes nos visita el Huesca de Rubi, contra el que de completarse el particular ´tres en raya´ rojiblanco con una nueva victoria, pocos serían los que podrían negarse a la evidencia de que más allá del juego, este Sporting del dúo Torrecilla Herrera tiene visos de serio candidato al ascenso.

Que luego pueda haber margen de mejora o no, quedaría hasta en un segundo plano si se consiguiera hasta el final de temporada, mantener este ritmo y promedio de puntuación. Porque si tiramos de calculadora, 17 puntos en 9 jornadas, extrapolados en un campeonato de 42 jornadas, llevarían al equipo a rozar la barrera de los 80 puntos. ¿Quién en su sano juicio no lo firmaría?

Post Scriptum: con la presentación de la tercera equipación, anunciada para esta misma tarde, saldremos por fin de dudas sobre su color y sobre si es o no es una más del catálogo del proveedor de la ropa deportiva que viste el Sporting.