Con el tempranero gol de Santos, apenas cuando habían transcurridos seis minutos de partido, el sportinguismo soñó con la posibilidad real de volverse de Vallecas aupado a lo más alto de la clasificación. Y es que mejor no podían ponérsele las cosas a los hombres de Herrera. Sin embargo, por tercera vez en lo que va de temporada, al Sporting se le vuelve a escapar una victoria después de conseguir lo que muchos consideran lo más complicado en esta Segunda División tan apretada: adelantarse en el marcador.

Y visto lo visto sobre el campo, el empate ha de catalogarse como justo. Porque si Mariño fue de nuevo el mejor de los rojiblancos (hoy camuflados de azul y verde), no es menos cierto que sólo la falta de acierto del propio Santos en la primera parte, pero sobre todo de Moi y Viguera en la segunda (la de este último para echarse las manos a la cabeza), privaron a los de Herrera de haber podido marcar algún tanto más.

De esta forma, a los dos empates a uno en casa, frente al Oviedo y al Huesca, se une ahora este tercero contra el Rayo Vallecano; que quizás por aquello de haber sido logrado fuera de casa, pueda tener un mejor regusto en los aficionados. Porque además durante un largo periodo del segundo tiempo, muchos sportinguistas se temían lo peor. Los recuerdos de Soria y Pamplona siguen ahí. Aunque hoy es cierto que al menos de inicio, el equipo en nada se asemejó al de aquellas dos derrotas.

Así que después de once jornadas, el Sporting de Herrera sigue sin saber lo que es ganar si su rival le marca. Son cinco victorias, cuatro empates y dos derrotas, para un total de 19 puntos (de 33 posibles), que de momento sirven para ocupar una tercera plaza, a sólo un punto del liderato, pero con los mismos puntos que el sexto; precisamente el Rayo. Sin embargo, a nadie se le escapa que esta igualdad, un par de resultados negativos te pueden enviar casi al fondo de la clasificación. O igualmente un par de resultados positivos, podrían ponerte en franca ventaja frente al resto de candidatos al ascenso. Por eso, habrá como siempre quien vea la botella medio llena y quien la vea medio vacía. Herrera al menos en rueda de prensa, se declara de los primeros.

Vienen ahora cuatro partidos de los que tres habrán de disputarse en El Molinón. ¿Qué mejor ocasión, con independencia de los rivales, para dar un golpe sobre la mesa? Aunque para ello quizás convendría tener en algunos aspectos las ideas un poco más claras. No puede ser por ejemplo que cuando todo el mundo se esperaba tras el descanso un Rayo Vallecano con el cuchillo entres los dientes, los jugadores parecieran sin embargo verse sorprendidos ("apabullados", dijo Herrera en rueda de prensa).

Luego se podrá discutir si para remediar una situación en la que el rival te está encerrando en tu campo, resulta aconsejable añadir un central a la defensa, cambiando además para ello sobre la marcha el sistema de juego. Porque siempre habrá por el contrario quien defienda a capa y espada que la mejor defensa es un buen ataque.

Y también en este partido en particular se podrá discutir si Castro o Viguera eran mejores soluciones que un Scepovic que vio todo el partido desde el banquillo. Al final, son los resultados los que dan o quitan razones. Y en este caso el empate logrado en Vallecas deja la botella a gusto del consumidor.

Post Scriptum: empate más amargo sin duda el del filial en Mareo. ¿Echaría en falta a un Nacho Méndez que fue de turismo a Madrid?