Dos años después de que el Sporting de los guajes entusiasmase al sportinguismo, Sergio se ha quedado solo. El centrocampista avilesino fue ayer el único representante del Principado de Asturias en la alineación inicial de Paco Herrera, que ha reducido al mínimo la cuota de paisanaje en el equipo. Pierde así el Sporting aquella mágica identificación de su afición con unos futbolistas comprometidos al máximo con la camiseta rojiblanca, a la que sentían como propia.

Hay que decir en defensa de Paco Herrera que la cuota de asturianía se redujo por los problemas físicos de Roberto Canella. El de Pola de Laviana, lesionado en León, completó los últimos entrenamientos junto a sus compañeros y llegó a entrar en una convocatoria de diecinueve futbolistas, de la que luego fue descartado por Herrera.

La entrada de Carlos Castro en el tramo final del choque aumentó la presencia asturiana, mientras que Pablo Pérez y Nacho Méndez se marchitaban en el banquillo. Cuesta trabajo entender la gestión que está haciendo Paco Herrera del talento del centrocampista luanquín. El Sporting no ha encontrado en lo que va de curso un centrocampista capaz de organizar el juego del equipo con fluidez y criterio. A falta de mejores argumentos y, aunque parece que le falta un punto de maduración, Nacho Méndez es el jugador que mejores argumentos ha mostrado para asumir ese rol. Paco Herrera, que presume de valiente a la hora de alinear canteranos, no termina de ver la ocasión de apostar por un valor seguro. Ignora el técnico que un gesto así le reconciliaría definitivamente con El Molinón. Con Nacho no se atreve el técnico y sin Nacho el equipo tampoco fluye.

El Sporting sufrió ayer con varias astillas de su propia madera. Los exrojiblancos Óscar Trejo y Alberto García tuvieron un papel protagonista en el choque. El portero catalán, que cruzó bonitos mensajes en Twitter con Isma López, anduvo rápido para lanzarse a los pies de Moi Gómez en la ocasión más clara del Sporting en la segunda mitad. Trejo, que llegó libre a Vallecas sin que nadie de Gijón le tentase, dejó algunas muestras de su enorme talento, que fue una seria amenaza para el Sporting. El tercero en discordia, Embarba, es una vieja aspiración rojiblanca.