Decir que Paco Herrera lo ha sido todo en el fútbol es mucho más que una frase hecha. Con 500 partidos dirigidos desde el banquillo, Francisco Herrera Lorenzo (Barcelona, 2-12-53) ha vivido de todo, ha disfrutado tres ascensos y ha sufrido un descenso deportivo y otro administrativo. Eso el Herrera entrenador, porque igual que hubo un Herrera futbolista, lo hubo también director deportivo (Badajoz y Espanyol) y hasta levantó una Liga de Campeones como segundo entrenador de Rafa Benítez en el Liverpool. A Paco Herrera le gusta decir que ha llegado al Sporting para cerrar el círculo, en alusión a su etapa como futbolista rojiblanco. Con casi un tercio del camino recorrido, su Sporting mantiene un ritmo estable, se ha acomodado en la zona alta de la clasificación y emite señales cada vez más positivas.

El pasado sábado, con la victoria ante el Almería, Paco Herrera se puso a quinientos. Los números, la fría estadística, hablan de un técnico que ha conseguido ganar casi el 40% de los partidos que ha dirigido. Un porcentaje más que respetable. A pesar de la fragilidad inherente a la condición de entrenador, Herrera ha conseguido cierta estabilidad en la mayoría de los equipos en los que ha estado. El fútbol no ha sido demasiado generoso con este entrenador al que han menudeado las oportunidades en Primera División. Tan sólo el Numancia le abrió las puertas de la máxima categoría. Sus otras dos experiencias de élite, se las tuvo que ganar con sendos ascensos en el Celta y Las Palmas. Así fue como se abrió la puerta del fútbol profesional, ascendiendo al Badajoz a Segunda División.

En el Sporting asume el reto y la exigencia de un nuevo ascenso. Herrera conoce la plaza y acepta el desafío consciente de que sólo hay dos opciones: ascenso o fracaso. Herrera ha sabido envejecer y reciclarse para mantenerse perfectamente actualizado en un fútbol cambiante, en el que marcan tendencia los entrenadores jóvenes con métodos modernos. Es un hombre de fútbol que ha caído de pie en Gijón, donde su cercanía le ha granjeado la simpatía del sportinguismo que se siente identificado con su entrenador. Con 500 partidos a su espalda, Paco Herrera dice tener la ilusión de un joven y quiere volver a abrirse la puerta de Primera con un nuevo ascenso vestido de rojiblanco.