Scepovic fue un espectador más de la derrota del Sporting en Reus. El delantero serbio encadenó su cuarto partido en el banquillo sin que en esta ocasión tuviera la oportunidad de entrar como hombre de refresco, a pesar de que los rojiblancos fueron por debajo en el marcador durante los últimos veinticinco minutos. En el último mes ha pasado de ser el máximo goleador del equipo, a la cuarta opción en ataque, tomando parte tan sólo en 37 minutos -repartidos entre los duelos ante Huesca y Almería- desde que fuera titular en la última victoria a domicilio, ante la Cultural.

Ni la lógica puede llegar a explicar que el máximo goleador del equipo pase de una semana a otra como la última opción en ataque, ni las palabras de Herrera ayudan a entenderlo. El entrenador rojiblanco lleva dos semanas insistiendo en que no tiene ningún problema con Stefan, y tras la derrota ante el Reus enfatizó en la importancia del jugador en el equipo. Los hechos, sin embargo, muestran lo contrario. Scepovic, como sucedió en Vallecas, se pasó la segunda parte calentando en la banda para nada. Esta vez, en cambio, el equipo se fue de vacío.

Herrera ha reconocido que ha tenido una conversación con Scepovic para explicarle las razones de su suplencia. El técnico no ha querido dar detalles, pero una de las cosas que recrimina al jugador es que tiene demasiada tendencia a caerse en banda para recibir el balón. Un argumento curioso conociendo el pasado del serbio en el conjunto rojiblanco. Incómodo durante la etapa de Sandoval cuando el de Humanes le comenzó a situar como extremo, ahora, que parte como delantero centro con Herrera, el problema parece estar en que debe renunciar a escorarse a la banda.

Ángel Rodríguez, segundo entrenador del Sporting, se ha convertido en la sombra de Scepovic casi desde el inicio de temporada. Él es el encargado de apretarle en cada entrenamiento para exprimir la vena competitiva del serbio, y también de templar cuando la situación lo demanda. Es habitual verles charlar durante los ensayos, debatiendo aspectos del juego. Ambos son hombres de carácter, algo que más que separarles, parece que les hace entenderse mejor. Él es el puente para que la situación no distancie a Stefan de Herrera. Lo que comenzó como una suplencia ante el Huesca para dar descanso a Scepovic en una semana marcada por la disputa de tres partidos, se ha convertido en un mes de castigo. Un mes de ausencia en el once que por parte de los otros tres delanteros, Santos, Viguera y Castro, sólo fue respondido con goles por el uruguayo.