Es el gran talón de Aquiles de Paco Herrera. La gestión de los cambios por parte del técnico le sale deficitaria al Sporting. Siempre se ha dicho en el fútbol que los grandes entrenadores son aquellos capaces de virar el rumbo de un partido con sus cambios. Hay decisiones técnicas que han pasado a los anales futbolísticos por su trascendencia sobre el juego. Herrera, hasta el momento, ha destacado más por sus planteamientos iniciales que por su pericia para leer los partidos e improvisar soluciones. Es frecuente que al Sporting se le atraganten los tramos finales de los partidos, hasta el punto de que, salvo en el empate sin goles de Alcorcón, las igualadas llegaron en remontadas rivales después de que los rojiblancos se adelantasen. El Sporting nunca ha podido enjugar una desventaja.

Cero goles salidos del banquillo. Uno de los datos más tangibles para valorar el rendimiento de los futbolistas que saltan al césped con el partido ya empezado es el de su aportación goleadora. Ninguno de los 42 recambios que buscó Paco Herrera en las catorce jornadas de Liga disputadas ha logrado ver puerta. Los suplentes del Sporting suman cero goles. La única excepción a la regla es el tanto de Nacho Méndez en la eliminatoria copera ante el Reus después de saltar al césped al descanso.

Herrera agota los cambios. Aunque le cuesta mover pieza, Paco Herrera ha completado los tres cambios en los catorce partidos disputados. Aún así, el rendimiento de los futbolistas que han saltado al césped rara vez ha sido el esperado por el entrenador rojiblanco.

Las sustituciones siempre al final. A pesar de que el Sporting ha vivido situaciones comprometidas, a Paco Herrera le cuesta alterar el plan inicial. Sólo nueve de los cuarenta y dos cambios realizados por el técnico se han producido durante la primera hora de partido. Dos de ellos por las lesiones de Lora y Canella en el primer tiempo del encuentro ante la Cultural Leonesa. Los treinta restantes se concentran en la última media hora y quince de ellos, después del minuto 75. La demora en buscar soluciones es otro aspecto que se le censura al preparador catalán.

Carmona, el más sustituido. Como cualquier otro entrenador, Paco Herrera tiene algunos cambios de cabecera. Así, Carmona ha sido sustituido en ocho partidos de los trece encuentros en los que fue titular. Los principales sacrificados por el técnico son los hombres de vanguardia. Al balear lo siguen Santos y Scepovic, con seis sustituciones cada uno. El caso más llamativo es el de Moi Gómez, uno de los futbolistas más sustituido (5 veces) y uno de los relevos más frecuentes (otras cinco). También Rubén García es uno de los futbolistas que menos partidos ha completado.

El caramelo envenenado a Pablo Pérez. A la vista de los fríos números, podría parecer que Pablo Pérez es el jugador número doce en las preferencias de Herrera. Nada más lejos de la realidad. El gijonés es el futbolista que más veces le ha dado el relevo a un compañero (7) junto con Isma López. Sin embargo, ha disputado sólo 122 minutos y no ha sido titular en ninguna ocasión. El partido en el que más tiempo jugó dispuso únicamente de media hora ante el Lorca. En la mayoría de las ocasiones, saltó al césped en el último cuarto de hora. Otro de los recambios más utilizados por el entrenador catalán es el delantero de Ujo Carlos Castro, que ha entrado en seis ocasiones.

Muchos cambios de sistema. A pesar de lo remiso que es a cambiar futbolistas, Paco Herrera sí que ha mostrado una gran riqueza táctica modificando el dibujo del equipo en varias ocasiones. Al Sporting se le ha visto jugado con doble pivote, con dos líneas de cuatro y un ancla, con defensa de cinco y, lo más novedoso, en algunos minutos de últimos choque ante el Valladolid, con un 4-1-3-1, con Isma López en funciones prácticamente de pivote junto a Bergantiños. Una locura que tampoco funciona.