Casi sin darnos cuenta nos hallamos a las puertas de otro domingo con un nuevo partido en El Molinón, aunque sea otra vez (pero no la última) en horario para adultos. Siempre decimos que tras un mal resultado (y no digamos ya después de dos), se intenta por todos los medios al alcance que la semana transcurra con la mayor celeridad posible. Se busca de este modo dar cuanto antes al equipo la posibilidad de resarcirse, ofreciéndole de paso una alegría a su afición.

No ha sido esta la excepción; y en una semana marcada en lo futbolístico a nivel internacional por el cataclismo que ha supuesto para Italia, la certificación de que la ´azzurra´ no estará en el próximo Mundial, en tierras más cercanas, se confía en que el partido del domingo no suponga la confirmación de un ´mini apocalipsis´ en clave rojiblanca. Y es que como tal habría que catalogar la situación que se generaría en el caso de no lograrse los tres puntos.

Conviene recordar que antes del partido e Reus, algunos miraban al calendario con sumo optimismo y auguraban en el peor de los casos, siete de los siguientes nueve puntos en juego. Habiéndose logrado sin embargo sólo uno de los primeros seis en disputa, es evidente que todo lo que no sea ganar ante el Cádiz, deberá ser considerado como un serio revés para las aspiraciones de la mayoría del sportinguismo. Un contratiempo para el que habría por supuesto competición por delante más que de sobra para ser enmendado, pero que sin duda dispararía alguna que otra luz roja.

Esas mismas señales de alarma que se han encendido, con la certeza de que Herrera habrá de lidiar de aquí a final de año con la baja segura de Sergio. Un miedo más que justificado por otro lado, pues ahí están las estadísticas de este Sporting cada vez que tuvo que bregar sin su más fiero gladiador de su centro del campo.

Los que dicen entender de este deporte a veces tan ininteligible, señalan a Rachid como la solución más lógica al problema; por más que el canterano sólo haya dispuesto en todo lo que va de temporada, de un puñado de minutos en el último partido. Sin embargo, viendo alguna imagen de la semana, con Isma López y Bergantiños charlando por separado con el segundo entrenador, no es descartable que Herrera pudiera volver a insistir con el mismo experimento que se demostró fallido contra el Valladolid. Como tampoco se descarta un trivote con Carmona y Moi por delante de Bergantiños. Para gustos hay colores.

En casos como este resultan más apropiadas que nunca las palabras del gran Mesa, quien esta misma semana ha sido protagonista de una entrevista en un más que merecido recuerdo por parte de LA NUEVA ESPAÑA. En ellas, el conocido como ´siete pulmones´ declaraba sin tapujos: "no entiendo de 4-4-2 o de 5-4-1. Tampoco sé lo que es jugar por dentro o por fuera. En el fútbol hay que correr, pelear, trabajar como equipo y olvidarse de las individualidades. Y más en Segunda". Y quien tenga oídos para escuchar y piernas para correr, que escuche y corra.

Claro que también habrá quien diga que aun siendo mínimas las diferencias en lo que a calidad se refiere dentro de la plantilla, hay algunas individualidades que sí pueden echarse en falta en este Sporting. Y el que la sombra de Sergio pueda llegar a ser tan alargada, es la prueba fehaciente de ello.

Otra de esas individualidades podría ser Scepovic, por el que se ha vuelto a preguntar en la última rueda de prensa al técnico sportinguista. Un interés que no ha parecido digerir de buen gusto Herrera, al cuestionar a su vez por qué siempre se le pregunta por el serbio y no por Viguera. ¿Por qué será? Si él de verdad no conoce la respuesta, entonces Mareo ´we have a problem´. Y de los que no se solucionan en enero.

Post Scriptum: dentro del club, ¿se ha manifestado alguien en favor o en contra de los últimos horarios fijados para los partidos a disputar en El Molinón? ¿Están satisfechos acaso con los mismos?