Álex Bergantiños no es un futbolista que guste de regatear. Tampoco en la sala de prensa, donde juega corto y al pie, llamando a las cosas por su nombre. "Nos hemos metido en un bucle de ansiedad y precipitación", admite el centrocampista gallego que tampoco busca excusas: "No es que no saliera como pensábamos, porque nos hicieron daño con lo que habíamos hablado, pero caímos en eso".

No hay ningún reproche del futbolista a los pito de la afición, que parece incluso comprender. "La gente paga su entrada, sufre con nosotros por el equipo y está en todo su derecho de mostrar su opinión", argumenta antes de concluir que "es lógico que estuviera cabreada y lo mostrase, la afición está siendo ejemplar".

El experto jugador gallego lanza también un aviso a navegantes que parece dirigido al propio vestuario. "Tenemos muchas cosas que mejorar, hay que ser autocríticos y exigentes con nosotros mismos porque no hemos hecho las cosas todo lo bien que deberíamos", argumenta. No obstante, Bergantiños, que ya pasó por situaciones similares en el Deportivo de La Coruña, donde logró dos ascensos muy distintos (uno con 91 puntos y otro con 69), matiza que "esto es una carrera de fondo y hay una plantilla capaz de llegar en buenas condiciones a la pelea final, porque se decidirá en las últimas jornadas".