La vida de Sergio, como quizá la del sportinguismo, cambió para siempre en Lugo, el 24 de noviembre de 2013. El próximo viernes se cumplirán cuatro años de aquel día en el que Sergio Álvarez Díaz (Avilés, 23-1-92) fue titular contra todo pronóstico. Por uno de esos caprichos del fútbol, será José Ramón Sandoval, él técnico que lo descartó en verano, lo apartó del equipo y estuvo cerca de provocar su cesión al Córdoba, quien quedará para la historia como el entrenador que por primera vez confió de forma decidida en Sergio (en el primer equipo) y le dio continuidad. El Sporting, que llegaba en mala racha, ganó aquel partido de Lugo y ya nadie cuestionó nunca a Sergio en las alineaciones. En los cuatro años naturales que han pasado desde aquel día en Lugo, Sergio se ha perdido únicamente dieciocho partidos de Liga, que han sido un completo desastre para el Sporting.

Los números son tan absolutamente contundentes que no dejan lugar a la discusión sobre la influencia que tiene el centrocampista avilesino en el rendimiento del Sporting. Por eso, cuando se paró en seco durante el calentamiento ante el Valladolid, se echó la mano al muslo y tuvo que salir cargado por dos auxiliares, un escalofrío recorrió la columna vertebral del sportinguismo. Hasta ahora, sus ausencias han sido devastadoras y en este caso no parece que vaya a ser diferente.

El Sporting sólo ha ganado dos de los dieciocho partidos que ha jugado sin Sergio en estos cuatro años, ha sumado nueve puntos sobre cincuenta y cuatro posibles (un rácano 16,6%). El balance en esos encuentros es de dos victorias, tres empates y trece derrotas. En los partidos sin Sergio, el Sporting ha marcado únicamente quince goles (0,83 por partido) y ha recibido cuarenta (2,22 de promedio).

La buena noticia para Paco Herrera es que el centrocampista avilesino tiene la sana costumbre de acortar los plazos de recuperación. Sergio sufre una rotura de fibras de grado 2 en el gemelo derecho y se ha establecido un plazo de recuperación de entre cuatro y seis semanas. La lógica, y casi la prudencia, indican que el avilesino no volverá a competir hasta el próximo mes de enero. Habrá que esperar a ver qué opina el propio Sergio, quien ya ha comenzado a recibir un tratamiento con factores de crecimiento para acelerar la recuperación de la zona afectada.

Hasta que cayó lesionado en el calentamiento previo al choque ante el Valladolid, Sergio era el único futbolista rojiblanco que había disputado todos los minutos de Liga. Además lideraba la estadística de balones recuperados con 102 robos a los rivales. Más allá de los números, Sergio tiene un peso específico enorme en el Sporting, es el líder sobre el campo y un ejemplo para sus compañeros por su generoso esfuerzo en todos los partidos.

La peor racha para Sergio fue la 2015-16. En el partido ante el Atlético de Madrid en el Vicente Calderón, tras chocar en la disputa de un balón y caer al suelo, se produjo una luxación acromio-clavicular en el hombro izquierdo que le tuvo dos meses de baja, aunque inicialmente se habían pronosticado tres. Fue un momento crítico para el equipo de Abelardo.

La otra victoria sin Sergio se produjo en la temporada del ascenso del Sporting de los guajes, la única en la que su ausencia apenas causó daño. Esa temporada (2014-15) Sergio se perdió únicamente dos partidos y el Sporting logró sumar cuatro de los seis puntos. Empató sin goles ante el Llagostera en El Molinón y ganó al Racing de Santander (3-1).

Si los pronósticos médicos se cumplen y esta vez Sergio no consigue acortar los plazos de recuperación, el avilesino se perdería aún cinco partidos más. Hasta de que termine el año, el Sporting tiene que visitar a Albacete, Barcelona B y Granada y debe recibir en El Molinón a Zaragoza y Tenerife. El equipo que dirige Paco Herrera necesita encontrar una fórmula que le permita minimizar los daños causados por la ausencia del avilesino. Siete partidos sin Sergio son un motivo serio de preocupación para el entrenador rojiblanco. Lo sucedido en temporadas anteriores debe servir de aviso a navegantes, aunque Paco Herrera no lo tiene fácil. El primer intento, ante el Cádiz, salió nulo.