Escuchar música, leer o ver alguna serie en la tablet. La plantilla del Sporting realizó ayer el desplazamiento a Albacete bien ataviada de recursos para matar el aburrimiento que supone estar obligado a acumular horas sujeto a un asiento. Y es que el conjunto gijonés se ha pegado su primera gran paliza de la temporada en autocar con motivo de la visita al Carlos Belmonte. El equipo completó ocho horas de viaje, incluyendo la parada intermedia en Villalpando para comer, en el que ha sido, hasta el momento, el trayecto más largo de los hechos por carretera. Un esfuerzo añadido para intentar reencontrarse con la victoria esta noche ante el conjunto manchego.

La previsión es que, pase lo que pase en el Carlos Belmonte, el equipo disfrute de dos días de descanso. El cuerpo técnico quiere equilibrar así el desgaste que supone las ocho horas de viaje que separan Gijón de Albacete. La ida ha sido un poco más llevadera, en el sentido de que la parada realizada para comer sirvió también para que los jugadores pudieran estirar las piernas. No habrá esa opción, en principio, para la vuelta. La idea es que el equipo emprenda el regreso nada más concluir el encuentro ante el Albacete en el Carlos Belmonte, bien entrada la noche. El Sporting, por tanto, volverá a Mareo a primera hora de la mañana, justificándose así el deseo de que los futbolistas cuenten con un poco más de descanso que en semanas anteriores.

El peaje del descenso a Segunda se ve reflejado en situaciones como los gastos en desplazamientos, para los que se da prioridad al autocar. En todo caso, la plantilla ya ha completado alguna de sus visitas en avión, como es el caso de los encuentros disputados en Cataluña. El Sporting intentará mostrar su mejor cara en el Carlos Belmonte para volver a ganar y meterse en promoción de ascenso, rompiendo con la racha de seis partidos sin perder del Albacete. Y es que completar los más de 700 kilómetros que separan de la vuelta a casa se hace de manera más cómoda con tres puntos en el bolsillo.