Los números hablan por sí solos y lo hacen con la máxima dureza. Tanta que no admiten contestación ni excusas. El Sporting ha sumado dos puntos en los últimos seis encuentros que ha disputado y su balance es de siete de los últimos veintisiete, con una única victoria en nueve encuentros. No es un balance de equipo sólido, ni de aspirante al ascenso. El Sporting está a tiempo aún de enderezar el ritmo, a pesar de la enorme ventaja que ha concedido a sus rivales, pero parece evidente que Paco Herrera no encuentra la fórmula para hacer reaccionar a los futbolistas.

Más allá de los resultados, la sensaciones del Sporting son terribles y cada semana juega el peor partido de la temporada. Los mensajes, tanto los de el entrenador como los de los futbolistas, empiezan a sonar repetidos, mientras sobre el césped se ve siempre la misma propuesta y el mismo resultado.