Unos doscientos sportinguistas fueron testigos en el Miniestadi de un partido que puede marcar un antes y un después. La derrota ante el Barça B se convirtió en un viaje hacia la nada que iniciaron para animar y terminaron pidiendo la marcha de Herrera.

No faltó en Barcelona Roberto Narváez, "Milinko", habitual en los desplazamientos. El gijonés hizo escala en Bilbao y estuvo acompañado por Dani, Eneko y Verónica. Desde Perdones llegaron Elías Uña y Reyero, de la peña Casa Paquín, a quienes se unió Aitor López, catalán y simpatizante de la peña Siete Pichichis. La impronta de Quini en la Ciudad Condal también se traduce en que El Brujo da nombre a otro grupo de peñistas con sede en Barcelona, que siempre son fieles a las visitas del equipo. El puente de La Inmaculada animó a viajar a sportinguistas como Rocío García y Pedro Fernández, de Avilés y Cangas de Onís, respectivamente. Lo mismo sucedió con la peña Mieres del Camino, de las más numerosas en tierras catalanas. El que tiene un pie en Avilés y otro en Barcelona, por motivos laborales, es Emilio Díaz, otro de los presentes ayer.